lunes, 26 de julio de 2010

SALUDA

El ritual de las fiestas Verdeñas...

José Jonathan Domínguez Roger-Bessú
CONCEJAL DE FIESTAS Y CONCEJAL DE ZONA DE LA VERDELLADA




Como si de un ritual se tratara, el cielo comienza a volverse azul celeste a la plenitud del día, y azul intenso al ocaso de la tarde. El viento comienza a limpiar la atmósfera con la fuerza de julio, dejando libre al dorado brillo del sol estío, toda La Verdellada... Como si un ritual fuera, las estrellas del cielo brillan más en la inmensidad del cielo nocturno, que se prepara celoso ante la llegada del primer domingo de agosto, para competir en brillos, con la pólvora que en promesas explota en mil colores, como honra de un pueblo a su patrona. Ha llegado el verano, han llegado las fiestas patronales con las que el pueblo de La Verdellada se rinde en honores ante la sagrada imagen de Nuestra Señora de Lourdes.

La Verdellada comienza julio transformándose sin complejos en un auténtico pueblo, se llena de banderas blancas y verdes para mostrar el orgullo de ser verdeño; y de cintas, de farolillos, y de flecos de colores que hacen gala todas sus calles. Una transformación multicolor y festiva, encaminada como siempre, a ese ritual primer domingo de agosto, en el que el corazón de La Verdellada late al paso de su patrona por sus largas calles. La Virgen de Lourdes, con su mirada tierna y serena, es conducida con pasión, fervor y emotividad en costalero paso, para como dice la copla, “bendecir con sus dones a todos sus hijos, los pobres”.

Pero antes de llegar a esa meta, la gran meta y motivo por el cual La Verdellada se viste de gala cada verano; el barrio se convierte en el escenario de la explosión de toda su idiosincrasia, con la rememoración de tradiciones cada vez más vistosas y elegantes. La “gran gala de las fiestas”, siempre hace del viernes anterior al último domingo de julio, una noche mágica que reúne a los verdeños en la Plaza Mayor, para contemplar sin dudas, el mejor espectáculo del año en el barrio. Toda una noche de glamour, para cumplir con otro ritual de amor a la tradición: la coronación de la Reina Mayor y del Mister, figura esta última consolidada tras más de una década de elección.

Y así se suman festivales, galas infantiles, verbenas, conciertos, infinidad de actos para los más pequeños y también deportivos, o la cada vez más espectacular “Bajada del Diablo”, que hacen de las fiestas de La Verdellada, una cita obligada en el calendario festivo de La Laguna cada verano.

Así pues, con estas palabras sólo pretendo transmitir mis felicitaciones a todos mis vecinos, por estas que son sus fiestas, esperando de este modo, de todo corazón, que las disfruten como siempre.
 
¡Viva la Virgen de Lourdes!

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