viernes, 9 de julio de 2021

NOTICIAS

Una peligrosa búsqueda de espíritus en el "inframundo" del barranco de La Verdellada casi termina en tragedia

Solicitan que se controle el acceso a los túneles y galerías del barranco de La Verdellada para evitar el acceso de jóvenes y la práctica de rituales de brujería en el lugar.


La apertura del buzón de sugerencia y reclamaciones de La Verdellada ha servido para que más de un centenar de vecinos pudieran transmitir, en estos dos meses que lleva funcionando, múltiples propuestas y quejas sobre el barrio. Pero el buzón también ha servido para que los vecinos planteen inquietudes y denuncias que en algunos casos rozan los expedientes X.

Una de estas denuncias la ha presentado una vecina residente en la calle Viña Nava de Barrio Nuevo, cuya identidad vamos a proteger a petición propia, en la que ha solicitado que se vigile y controle el acceso de los jóvenes a los túneles del barranco y las galerías situadas en la zona de la Cruz de Marca, por seguridad, para evitar riesgos y salvaguardar la vida de menores.

Hasta aquí todo dentro de la normalidad, puesto cierto es que el túnel del barranco de La Verdellada es peligroso, y más aun las dos galerías que existen en la zona, en especial la del Drago dónde incluso fallecieron dos personas durante las obras de su perforación a finales del siglo XIX. Fruto de esta desgracia nacieron leyendas y testimonios en el pasado, sobre acontecimiento paranormales en esta zona.

Entrando en materia, la denunciante, relata que el pasado 23 de junio, coincidiendo con la noche de San Juan, su hijo y un amigo residente en la Hinojosa, tal y como confirmó más tarde, participaron en una "quedada" en el túnel del barranco que no terminó en tragedia de milagro.

La denunciante ha relatado que se despertó sobre la 1 de la madrugada y percibió que su hijo (de 18 años) no estaba en casa, por lo que decidió llamarle al móvil, el cual se encontraba apagado o sin cobertura, al igual que el de su amigo. 

Inicialmente no le prestó importancia al retraso, puesto su hijo solía quedarse a jugar a los videojuegos en casa de su amigo, hasta que entró en su habitación y vio que había una especie de "saca de tela", con restos de lo que parecía madera antigua muy olorosa (tea), y dos velas rojas de las usadas para recordar a los difuntos.  

En ese momento afirma que sintió un escalofrío y percibió que algo malo podía estar pasando, así que decido salir a buscar a su hijo, y fue caminando desde Barrio Nuevo hasta la Hinojosa a casa de su amigo. 

Allí descubrió que el tampoco estaba en su casa, y que su madre pensaba que estaba en la suya, así que el nerviosismo aumentó y ambas decidieron acudir a los lugares donde solían reunirse, en el parque de la Hinojosa o el polideportivo de David Reyes, sin éxito alguno.

Las madres desesperadas decidieron ir a la comisaría de la policía local, pero "estaba cerrada a cal y canto", así que llamaron al 112, pero les indicaron que no podrían presentar ninguna denuncia por desaparición hasta la mañana siguiente, lo cual las puso aun más nerviosas. 

Justo cuándo regresaban al barrio desde la comisaría para volver hacer un barrido de la zona, sobre las 4,30 de la madrugada recibieron la llamada de la hermana de uno de los jóvenes que seguía en la zona, quien indicó que su hermano había enviado un mensaje de WhatsApp con su ubicación sin más seña, la cual les llevaba misteriosamente al fondo del barranco verdeño.

Los familiares entraron en pánico y corrieron hacia dicha ubicación, que coincidía con el acceso al túnel del barranco por la Cruz de Marca, junto en el acceso a la peligrosa galería de El Drago. 

Y allí se encontraron, después de dar múltiples rodeos para poder llegar, a los dos jóvenes en "estado de shock", completamente mojados y tiritando de frío, a los que tuvieron que sacar atravesando todo el túnel hasta la Casa del Barco, puesto el mismo tiene muy difícil acceso en su desembocadura.

Los jóvenes no querían volver a entrar al túnel de ninguna manera, estaban totalmente aterrorizados, por lo que los otros familiares tuvieron que acceder al lugar con varios focos para iluminar la cavidad y convencer a los jóvenes de regresar por el mismo lugar por dónde habían accedido.

En este tránsito de vuelta, encontraron a medio camino los restos de una hoguera aun en brasas, junto a la cual había una tabla de "Quija" partida en dos, una paloma sin cabeza y restos de sangre del animal por el suelo. 

Daba la sensación de que se habían practicado algún ritual espiritista y algo salió mal, de hecho cuando cruzaron la zona, ambos jóvenes no paraban de rezar, taparse los ojos y decir "Sigue ahí, sigue ahí". Ninguna otra persona vio absolutamente nada, pero reconocen que la situación fue totalmente aterradora.

Una vez salieron del barranco, llamaron al 112 para contar lo sucedido, y un médico les atendió vía telefónica, proponiendo administrarles un calmante y descanso en casa. A la mañana siguiente ninguno de los jóvenes quiso ir al médico hacerse una revisión, ni comentar nada de lo sucedido en el túnel la madrugada del 23 al 24 de junio pasado. 

Los jóvenes están totalmente bloqueados con el tema, y han hecho como si las horas que estuvieron en el túnel no hubieran existido, salvo cuando duermen, y es que las madres reconocen que sienten que sus hijos están tenido pesadillas con mucha frecuencia tras lo sucedido.

Únicamente de esa noche, ha quedado de testigo previo la última conversación de WhatsApp que mantuvieron los dos jóvenes la tarde anterior, que les compartimos literal:

1- eyy broo ya tengo la tabla. conseguiste la madera?
2- si, en la casa vieja
1- antes deje la hoguera lista
2- kakakakak y también tengo la paloma kakakaka
1- jajaja.
1 - yo no creo naaa de ese libro pero las risas garantizada broo
2- por tu abuela broo
1- nos vemos a las 10 en la piedra
2- ok

Se ha interpretado que ambos jóvenes organizaron de manera premeditada la realización de un ritual que leyeron en un libro que no han revelado ni identificado, con el fin de contactar con la abuela de uno de ellos, fallecida recientemente de forma repentina, con la que estaba muy unido. 

Parece que el ritual no salió como esperaban, y dada la peligrosidad de la zona la aventura pudo terminar en tragedia. Dos días después varios familiares decidieron volver al túnel para investigar que había pasado, pero misteriosamente ya no esta ni la tabla partida, ni los restos de la paloma, únicamente la sombra en cenizas de la hoguera, aunque reconocen que percibieron la sensación de "no estar solos allí".

La petición que ha realizado la madre de uno de estos jóvenes ha sido la de "aumentar la vigilancia para controlar el acceso de los jóvenes a este túnel", al tiempo que han querido exponer la historia de lo sucedido para advertir de lo peligroso que supone aventurarse a realizar rituales totalmente desconocidos. 

Esta zona del barranco de La Verdellada siempre ha tenido un aura de misterios desde tiempo muy antiguo. En los siglos XVIII y XIX la zona fue frecuentada por "brujas" según cuentan leyendas antiguas de La Laguna, y en esta zona además de las muertes ya nombradas en la tragedia de la galería del Drago, ha sido testigo de decenas de suicidios. 

Se puede creer o no en el más allá, pero ante la duda, hacer rituales de brujería en este lugar no parece la idea más recomendable.