El empleo de más de 700 metros cúbicos, o que es lo mismo, unas 1.000 toneladas (cerca de un millón de kilos) de hormigón para tapar los socavones del túnel del barranco de La Verdellada, dan idea de lo que se esconde bajo la Vía de Ronda.
El Gobierno de Canarias se ha hecho cargo de solucionar el gran problema que se ha generado tras el hundimiento del túnel que evacua el agua del barranco de La Verdellada, bajo la Vía de Ronda, tras su hundimiento después de la riada del 1 de febrero. Según se ha podido saber, el Consejo Insular de Aguas del Cabildo de Tenerife, tenía constancia de la existencia de grandes socavones en el túnel del barranco de La Verdellada bajo de la Vía de Ronda, desde 1999, y no actuó hasta que en 2008 se aprobó el Plan de Defensa contra Avenidas y en este se certificó el riesgo potencialmente alto de inundación que amenazaba a La Verdellada.
Con la aprobación de dicho Plan de Defensa contra Avenidas, se inició el proceso para adjudicar los trabajos de reparación de los socavones que había bajo el túnel del barranco verdeño, que hacían peligrar su estabilidad, existiendo un riesgo inminente de colapso, obstrucción y posterior inundación del barrio de La Verdellada. Estos trabajos se iniciaron en diciembre de 2009, pero quizás fue demasiado tarde, ya que tras la riada del 1 de febrero, tal y como era previsible ante una avenida de agua tan grande, el túnel colapsó y se lo tragó uno de los socavones existentes, con lo cual la única vía de salida de agua quedó prácticamente bloqueada a tan sólo 30 y 10 metros de la boca de salida.
Los trabajos se paralizaron, pero no se comunicó que el nivel de peligro de inundación que había sobre La Verdellada pasaba de “grave” a “máximo” en caso de una nueva riada, hasta que la Asociación de Vecinos Los Verdeños tuvo constancia del problema tras aflorar a la superficie el colapso del túnel, en forma de un inmenso cráter en los jardines de la Vía de Ronda. Fue entonces cuando se supo de la gravedad del problema, y desde el Ayuntamiento de La Laguna, se hizo presión para que el Consejo Insular de Aguas, dirigido por el consejero Pedro Suarez (PP), actuara de manera urgente. Tan el concejal de zona, Jonathan Domínguez, como el de Medio Ambiente, Plácido Mejías, exigieron al Consejo Insular de Aguas urgencia en las soluciones, mientras que el concejal de Aguas, Antonio Pérez Godiño se encargo de hacer las gestiones.
Tras lo sucedido, y las presiones municipales y vecinales, finalmente el Gobierno de Canarias a través de la Consejería de Obras Públicas asumió el control del problema y se reiniciaron los trabajos de reparación del túnel de manera urgente, en el que ya se han inyectado más de 1.000 toneladas de hormigón, con el fin de tapar los socavones que se extienden bajo las paredes que soporta la bóveda del túnel. Para agilizar los trabajos, el Gobierno de Canarias ha contratado incluso a seis técnicos especialistas en minas de León para que supervisen los mismos dada la envergadura de las labores, al tiempo que han anunciado que el túnel ya está siendo despejado, con una mini pala, para garantizar la evacuación de agua en caso de una nueva riada.
LA OBRA EN CIFRAS
La obra de reparación consiste en el relleno de los grandes socavones existentes con hormigón, rematando luego la superficie de todo el túnel, de 418,40 metros de longitud, con una capa de 25 centímetros de revuelto para reforzar el suelo y evitar que vuelva a levantarse. En total se han contabilizado cuatro grandes socavones de gravedad, que se unen a otros 7 de pequeñas dimensiones que no revisten grandes peligros.
Los socavones se han formado tras la desaparición de la capa de hormigón que tenía como suelo el túnel, la cual era insuficiente, y tras ello el agua con el paso de los años fue extrayendo el relleno de escombros que había bajo el túnel hasta llegar a piedra firme. Esta extracción de escombros con las corrientes de agua, formó los grandes socavones en las zonas donde existían antaño grandes cascadas en el barranco, como fueron la Fajana, Charcolino y la Tragadera. En la zona donde estaba esta última cascada, es donde se ha producido el socavón más grande, ya que dicho salto tenía entorno a los 12 metros de altura, que con la canalización del barranco fueron rellenados de escombros para construir sobre estos las bases del propio túnel, que ahora ha colapsado.