Este martes 22 de julio fue inaugurada la obra que luce en la fachada del Centro Ciudadano de La Verdellada, proyecto que contó con el patrocinio de la concejalía de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de La Laguna.
Este martes 22 de julio, pasadas las 19 horas de la tarde, la gente se congregó en la esquina de las calles Francisco Afonso Carrillo y Cruz de Marca, con un ambiente propio de esos días que quedan grabados en la retina del sentimiento de identidad verdeña para su historia. A iniciativa de la Federación Unión Verdeña, con el patrocinio de la concejalía de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de La Laguna, y tras una idea del profesor de matemáticas don Luis Balbuena Castellano, fue inaugurado oficialmente el conjunto artístico que forman un reloj solar y un mural inspirado en el paso del tiempo.
Se trata de una "obra de arte" en su conjunto, con el citado “reloj solar” donado y diseñado por el profesor Balbuena, junto a Luis Ramírez Castro, que se complementa con un magnífico mural del artista verdeño Víctor Hernández Alberto, más conocido como "Víctor Seus", licenciado en Bellas Artes, y que tituló su mural como "El Tiempo es Arte".
El proyecto surgió hace justo un año, cuando el profesor Luis Balbuena leyó su pregón de las fiestas 2024, y anunció su ofrecimiento que fue acogido con agrado por el vecindario. Desde la Federación Unión Verdeña empezaron a trabajar la idea, que cogió forma cuando en enero, una vez entró de concejal del Ayuntamiento de La Laguna, Moisés Afonso, se encargó de gestionar y coordinar con el concejal de Participación Ciudadana, Fran Hernández, los recursos necesarios para plasmar este proyecto en la fachada del Centro Ciudadano de La Verdellada.
En el camino, en febrero, se logró comprometer a Víctor Seus para que diseñara el gran mural que sostendría el reloj solar, joven verdeño que además es nieto del primer presidente don Timoteo Alberto Delgado. El mural finalmente se hizo realidad con la obra civil este mes de julio, en la que también ha sido esencial la colaboración altruista de vecinos del barrio en la albañilería, como ha sido la de Antonio Ledesma, que se ha encargado de alicatar toda la cerámica del reloj, que fue elaborada por el taller de Victoria Díaz-Masa Zuazo, mientras que el Gnomon del reloj fue elaborado por la empresa canaria Mecan.
El acto de inauguración fue presentado por el presidente de la comisión de fiestas 2025, Nauzet Rodríguez Fernández, y en el mismo intervinieron el concejal del barrio Moisés Afonso, el concejal de Participación Ciudadana Fran Hernández, y los autores de la obra, el profesor Luis Balbuena y Víctor Seus. Los acompañaron otras autoridades en el acto, como fueron los concejales Carla Cabrera y Carmen Luisa González, o el viceconsejero de Comunicación del Gobierno de Canarias, Jonathan Domínguez, como autoridad de mayor rango.
El profesor Luis Balbuena Castellano, destacó en sus palabras que "desde épocas remotas, la humanidad se planteó medir el paso del tiempo. Cabe pensar que el reloj de sol sea de los primeros instrumentos científicos construidos con ese fin. En su movimiento aparente, a diario, el Sol sale por el horizonte Este y se pone por el horizonte Oeste. Ese recorrido de 180º es fácilmente observable".
Balbuena continuó matizando que, "decimos aparente porque es la Tierra la que realmente se mueve. Si se coloca una varilla, el gnomon, perpendicular al suelo, se puede comprobar cómo la sombra que produce con el paso de las horas varía tanto en tamaño como en su posición. Esta regularidad condujo al reloj de sol. Posteriormente se fue perfeccionando, creando diferentes modelos y durante muchos siglos fue el sistema más fiable y extendido para medir el paso del tiempo".
Luis Balbuena destacó, que "el invento de los relojes mecánicos fue desplazando a los de sol, pero no del todo. Porque esas maquinarias presentaban un problema: ¿cómo ponerlos en hora? Los relojes de sol tenían la solución ya que, cuando el "astro rey" llega a la mitad de su recorrido diario, también alcanza su altura máxima sobre el horizonte. Es en ese momento cuando pasa por encima del meridiano del lugar y se produce el "mediodía solar", esto es: son las 12 "hora solar". Es el instante especial para hacer el ajuste en los relojes mecánicos".
El profesor que ofreció una magistral presentación de su obra a los vecinos, se preguntó ¿y cómo se detecta ese mediodía solar?. "Hay varios métodos. Uno sencillo consiste en saber que es el momento en el que la sombra del gnomon toma el tamaño más pequeño. Cuando las emisoras de radio comenzaron a transmitir las señales horarias, los relojes de sol quedaron como interesantes artilugios y como reliquias de su brillante pasado". "Hay que saber que el mediodía solar no coincide con el civil. En el horario de otoño-invierno la hora civil va aproximadamente una hora por delante y dos durante el horario de primavera-verano", afirmó a unos atentos y satisfechos vecinos ansiosos de obtener ese sabio conocimiento.
Por su parte el artista verdeño Víctor Seus destacó que "este mural propone una nueva mirada sobre el tiempo: no como aquello que se escapa sino como un cultivo consciente. Desde la tierra roja - símbolo de raíz, memoria y territorio - brota una planta que atraviesa el rostro joven de una figura humana. Esta planta respira, crece y nos vincula con la vida". Describiendo la obra continuó destacando que "en el centro, una mirada abierta y atenta nos observa. Representa la conciencia que despierta, el instante en que decidimos ver, sentir y actuar".
El artista ofreció un alegato que invitaba a la reflexión profundizando los elementos de su obra, dijo que "a su alrededor (en referencia a la mirada), símbolos e íconos nos recuerdan que narramos el mundo a través de imágenes, sonidos y relatos compartidos. Más arriba, unas manos de persona mayor sostienen engranajes: metáforas del tiempo como construcción colectiva. Sobre su mano derecha, un canario salvaje mira hacia atrás, hacia nuestras raíces. En el centro, una pintadera solar hecha en barro establece una relación cultural ancestral con el sol y las islas".
Víctor asoció todo a la obra de Balbuena, de la que destacó que "todo se ordena en torno a un reloj de sol real, hecho en cerámica, que corona la pieza. No está ahí sólo para marcar la hora, sino para recordarnos que el tiempo también puede vivirse con sentido, arte y presencia. Este mural no cuenta una historia cerrada: abre un espacio para imaginar juntos y juntas. El tiempo no es sólo lo que pasa. Es lo que hacemos con él y quienes somos a través suyo".
Desde este martes 22 de julio, esta obra se incorpora a la legado de las actuales generaciones, al patrimonio cultural de La Verdellada, que gana sin lugar a dudas, una aportación que fusiona la magia y la ciencia en una sola obra de arte.