lunes, 31 de marzo de 2014

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La Verdellada tiene un sueño en forma de barranco llamado Araguy...

La recuperación ambiental del barranco de La Verdellada parada por falta de financiación, prevé reiniciarse este año con un plan de empleo. El despeje y limpieza del cauce del barranco, la rehabilitación del molino de agua y la finalización del mirador son las prioridades del proyecto en el que se prevé la participación del Cabildo Insular.

 
Ilustración del proyecto de recuperación ambiental del barranco de La Verdellada

El proyecto de recuperación ambiental del barranco de La Verdellada, fue junto con los ascensores y la reforma del colegio, una de las promesas electorales más sonadas tanto de Coalición Canaria como del Partido Socialista para la zona de La Verdellada las pasadas elecciones municipales de 2011; ambos partidos comparten ahora gobierno municipal, pero sin embargo no se les ha visto mucho interés en estos proyectos desde que gobiernan juntos, algo que comienzan a lamentar los vecinos.

El proyecto de los ascensores esta técnicamente parado por el bloqueo de financiación impuesto por el Partido Popular desde Madrid, sólo se ha visto a Coalición Canaria interesada en resolver esta cuestión, ya que ni a PP, ni a Psoe se les ha visto interés por ahora. El proyecto de reforma del Colegio Público, que se ha ido ejecutando por fases, sigue pendiente de lo mayor, que es la reforma y mejora de la salubridad de sus baños y cocina, que según información municipal, podría ejecutarse este verano, aunque sigue siendo una promesa.

Sin embargo el tercer proyecto, la recuperación ambiental del barranco de La Verdellada, sin duda una de las joyas etnográficas de La Laguna, lugar necesario para entender el origen constructivo de la propia ciudad de La Laguna hace más de 500 años, por encontrase aquí el horno de cal más antiguo de la ciudad, ha estado prácticamente olvidado desde la finalización de la primera fase de los trabajos en marzo de 2012.

“Araguy” es el nombre aborigen que tenía toda la zona limítrofe al barranco de La Verdellada, topónimo que se refiere al lugar por donde bajaban las aguas de Aguere. En esta zona se desarrolló la primera gran industria que se instaló en La Laguna tras la conquista, la de la elaboración de la cal, materia prima necesaria en la construcción de edificios antaño. De hecho es en el barranco de La Verdellada donde se encuentran los restos del que se considera “horno de cal” más antiguo de La Laguna y quizás de Tenerife, junto con los dos molinos de agua igual de antiguos, cuyas concesiones de explotación datan del año 1510.

Se puede decir que están en La Verdellada las tres construcciones más antiguas de la ciudad, que mantienen aun hoy, quinientos años después, la misma estructura que en sus orígenes. El proyecto de recuperación del barranco verdeño, buscaba o busca, precisamente el rescate de estas joyas de la etnografía y de la historia de La Laguna, y que mediante una ruta que se desarrolla desde la trasera del antiguo Seminario Diocesano hasta la propia Casa del Barco, pudiera ser visitada y admirada por colegios, turistas y ciudadanos en general. Esta ruta podría ser un revulsivo social, medioambiental y también de revitalización económico para la zona.

Así pues, este proyecto ha sido el buque insigne de la apuesta ambiental tanto de las asociaciones vecinales del barrio, como de Coalición Canaria en sus últimos tres programas electorales, copiado luego en las dos últimas citas con las urnas también por el Partido Socialista, que sin embargo ahora, cuando se les pregunta por el proyecto y por las fases que aun faltan por desarrollar, no saben o no contestan.

Quedan aún un total de cinco fases por desarrollar entorno al barranco; La segunda que incluye la rehabilitación de las ruinas del molino de agua de más de 500 años de historia, junto con la finalización del mirador superior, y el despeje del cauce de agua del barranco (ilustración de la noticia), lo que permitiría también dejar visible el capricho geológico del corazón partido.

La tercera fase desarrolla el acceso y mirador en la zona del colegio, junto con la rehabilitación del horno de cal, así como la acera y pavimentación de la calle Emilio Gutiérrez Salazar hasta la entrada del seminario con sus correspondientes redes de drenaje. La cuarta que supone la rehabilitación integral del cauce del barranco con su canalización abierta del tramo del barrio El Timple, con la rehabilitación del molino de agua de esta zona, en la que se prevé la implicación y financiación por parte del Cabildo Insular. Y la quinta y última fase que supone la variante de la Casa del Barco, convirtiendo esta vieja casa en el centro cultural de visitantes de la ruta.

Se trata de un proyecto ambicioso y largo en el tiempo, por ello se programó en fases que permitieran lograr el objetivo final en una década, que comenzó a contar en el año 2009. La primera fase supuso la limpieza de todo el barranco, el desescombro del molino de agua y la creación de los primeros miradores aprovechando las terrazas naturales del barranco para no afectar ni a su cauce ni a su naturaleza. Y es que una de las principales filosofías de este proyecto es respetar al máximo el lugar del agua, y recuperar para la historia las zonas accesibles.


Durante todo el año 2013 no se movió ni una piedra del proyecto, que lleva parado casi dos años ya, por lo que la Asociación de Vecinos Los Verdeños ha demandado al ayuntamiento información sobre plazos y fases. Por ahora sólo se ha recibido información de intenciones, pero pocos datos concretos. Este año se prevé que con una especie de plan de empleo se ejecute la segunda fase, tal y como comunicó el concejal de Obras, Jonathan Domínguez, en el último Consejo de Zona… los vecinos siguen a la espera.