Hasta siempre, Adrián
FERNANDO CLAVIJO BATLLE (*)“La Laguna, en invierno, es un estilo de vida (…) es un estilo de vida que a veces se olvida y se detesta, cuando quien lo vivió se ha ido a tierra caliente, en busca de no sé qué poderes sobrenaturales…"Adrián Alemán de Armas, lagunero cabal y justo, sabio de muchas sabidurías distintas; periodista, docente, escritor, historiador, arquitecto técnico, nos ha dejado, en la madrugada del viernes, de manera serena, grave, pidiendo disculpas por las molestias causadas, como el caballero que era. Como un lagunero de bien.
Siento, terriblemente, que mis primeras letras como alcalde de San Cristóbal de La Laguna no sean para alabar su vitalidad, su continua y su constructiva crítica, su pronto repentino, sus calenturas súbitas que se diluían, en apenas unos minutos, dando paso a la bonhomía de la que siempre hizo gala. Siento, de verdad, en el alma, tener que estar llorando hoy la muerte de un hombre que era todo vida. Que se enfundaba, desde bien temprano, su chaqueta, se anudaba su pañuelo, a modo de corbata, se colocaba su gorra y salía a oler, a tocar, a sentir ese "estilo de vida" que para él era La Laguna. A pararse en sus esquinas, a tomar un café, a buscar cromos para sus nietos y a discutir, con pasión, de lo divino y de lo humano, puesto que de todo sabía este hombre irrepetible.
Adrián conocía La Laguna como nadie. Desde chico la vivió a través de los juegos en sus calles y plazas; en ella pasó su juventud, en ella estudió y en ella enseñó a los jóvenes el valor de la palabra. De la palabra escrita y de la palabra que se da y que es como un contrato inalterable y sin cláusulas. Así era Adrián. Por tanto, no podía ser otro lugar el que llorara su muerte.
En los peores momentos de la ciudad, siempre estuvo cerca de la Institución que presido, ayudando, prestando sus conocimientos impagables en todo momento, sin ansias de protagonismo, del que no gustó nunca, silenciosamente, sin hacerse notar. Y así dejó La Laguna, así nos ha dejado: callado, tranquilo, pero con un bagaje a sus espaldas que esta ciudad no tendrá años para agradecer.
Habrá quien glose, en estos días de orfandad de su figura, sus logros académicos, que no fueron pocos. Profesor emérito de la Universidad de La Laguna, fue decano de la Facultad de Ciencias de la Información, director general de Cultura del Gobierno de Canarias, doctor en Historia, publicó innumerables volúmenes en los que siempre estuvo presente esta ciudad, que descubría cada día con ojos nuevos… Yo quiero, además, dar fe de su extraordinaria talla humana de la que tanto sabemos quienes tuvimos la enorme suerte de conocerlo.
En estos días, con la ilusión de siempre, preparaba un volumen original en el que recorría, con los cinco sentidos, La Laguna; una visión íntima y diferente de la ciudad que lo alumbró y con la que siempre estaba en deuda. La historia de amor de esta ciudad con Adrián es, fue siempre, recíproca. San Cristóbal de La Laguna, "la ciudad cinco veces centenaria" como él llamaba; la ciudad que él prefería "sentir desde arriba, rozar la piel con los líquenes perennes y los verodes altos, enraizados en polvos que trae el viento norte"; esa ciudad cuya arquitectura original estudió y defendió de ataques espurios, cuyo trazado alabó y escudriñó, cuyas calles conocía como su propia casa, puesto que su casa eran. Esta ciudad llora, y con ella lo hacemos sus habitantes, la pérdida de un hombre bueno, serio y respetuoso. De un sabio que sabía de todo; de cosas por las que ya nadie se interesa. Un catedrático de las cosas pequeñas, un experto de los detalles, que, sin embargo, son imprescindibles para entender la grandeza de ciudades como ésta.
El adiós de Adrián Alemán es un hasta siempre. Desde donde escribo se pueden atisbar los tejados que tanto amó, cuajados de verodes, los ajimeces desafiantes, los ventanales y postigos imponentes. Todos recordarán, todos recordaremos, a través de los años, la mirada inteligente y curiosa de Adrián, que ha quedado posada, para siempre, sobre La Laguna.
* Alcalde de San Cristóbal de La Laguna