Acampada frente a la Escuela de Idiomas para conseguir plaza
En la madrugada del pasado día 5 de septiembre, a las afueras de la Escuela Oficial de Idiomas, se organizó una acampada urbana, para llegar el primero y optar a una de las pocas plazas que habían quedado vacantes en julio para estudiar en el centro situado en La Verdellada.
Redacción (NRF)- La primera persona que se apuntó, en una lista que habían hecho los propios jóvenes que acamparon literalmente hablando a las afueras de la Escuela Oficial de Idiomas, estaba desde las 22 horas en la cola, y paso toda la madrugada a la intemperie hasta las 9 de la mañana que abriría sus puertas el centro formativo de La Verdellada. Este fue el escenario que encontraron decenas de personas que querían optar a las pocas plazas que qeudaron vacantes en la matricula de junio, para poder estudiar un idioma en la escuela publica.
Los más jóvenes lo vivieron como una jornada de vigilia, donde no faltaron los juegos y el chocolate, aunque si que mostraron su malestar por la formula empleada para repartir las plazas vacantes. “En vez de coger a los futuros alumnos de las listas ya hechas, se lavan las manos, y hacen pasar a muchos horas y horas a esperas de la tan preciada oportunidad de entrar a estudiar un idioma, teniendo en cuenta que muchos que pudieron pasar frío en la espera, se quedarían fuera, ya que el cupo se vería alcanzado, por el bajo número de plazas vacantes”, comento uno de los aspirantes a una de esas preciadas plazas.
En la web de la escuela se informó a las 17:00 horas del propio día 4 de septiembre del procedimiento elegido para adjudicar las plazas vacantes, por lo que muchos de los presentes se quejaban, y muchos otros no se darían ni cuenta, por lo que perdieron la oportunidad. Pero al parecer este procedimiento no es un caso excepcional, ya que la EOI lo ha hecho así en los últimos años. Críticas aparte, los jóvenes pasaron una noche diferente, utilizando los juegos de cartas, pero acompañadas también de ordenadores portátiles, móviles, MP4,... todo lo necesario para poder pasar las horas a la intemperie lo más rápido posible.