"UN BARRIO CON SABOR"
José Carlos Marrero González
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Pregón de las Fiestas Populares en honor de Nuestra Señora la Virgen del Rosario de Fátima en el Barrio Nuevo – Viña Nava de La Laguna (Tenerife – Islas Canarias) elaborado por el periodista tinerfeño, José Carlos Marrero González (Director de Contenidos de COPE Tenerife) y leído por él mismo en el Salón de Actos del Centro Ciudadano del Barrio Nuevo – Viña Nava, el día 7 de octubre de 2011.
Buenas noches a todas y a todos…
Hace no mucho más de un mes, sonó mi teléfono móvil y en la pantalla apareció un número que no conocía… Cogí la llamada y una voz me dijo que era Francisco Santos Díaz, que mi número se lo había dado Pastora, y que me llamaba del Barrio Nuevo… El nombre de Pastora y decir que me llamaban del Barrio Nuevo, me tranquilizó por un lado y me inquietó por otro.
Debo explicarles que la buena de Pastora no es otra que Pastora Suárez Alonso, la hermana de nuestra querida y recordada Julia Suárez (Julita o Julieta, para los amigos) que nos dejó hace menos de un año, pero que está arriba en el Cielo y seguro que vigilándonos para que nos portemos bien…
A Julita y Pastora estaré eternamente agradecido, porque las dos acompañaron desde su sincera amistad a mis padres durante los últimos años de sus vidas y hasta los últimos momentos de su partida a la casa del Padre. Seguro que ellos también están junto a Julita, pendientes de todos nosotros…
Volviendo a la llamada, pensé una vez más.: ¿le habrá pasado algo a Pastora?... Felizmente no había pasado nada malo, don Francisco Santos eficiente vocal de la Asociación de Vecinos Tinguaro, me llamaba en nombre de la Comisión de Fiestas y así, sin anestesia, me transmitió el deseo de que leyera el pregón de las fiestas populares del barrio en honor de Nuestra Señora la Virgen del Rosario de Fátima…
Viniendo la llamada desde mi barrio de siempre, estando por medio Pastora y pidiéndomelo don Francisco tan amablemente, no podía negarme y, aunque sólo tenía un mes para preparar algo como Dios manda, acepté el compromiso, el reto, la responsabilidad… y aquí me tienen ustedes…
Me voy a lanzar a hablarles desde esta tribuna y en este centro ciudadano y desde salón de actos de la Asociación de Vecinos Tinguaro que, por si no lo saben y ¡miren ustedes por dónde! anteriormente fue la casa de doña Consuelo, una de las primeras maestras que tuve en mi vida y quien, en estas mismas habitaciones, me enseño a escribir… La recuerdo con agradecimiento (aunque era todo un carácter), a su esposo, don Ángel Pombrol y a su encantadora hija Dácil, que lamentablemente murió cuando todavía era muy joven…
Deseo y espero que disfruten ustedes del Pregón como yo disfruté tantos años de este querido Barrio Nuevo – Viña Nava, que me acogió durante 33 años, desde que nací y hasta el mismo día que me casé, y, apelando de antemano y desde ahora a su comprensión y benevolencia…, permítanme asumir el alto honor de ser el pregonero de nuestras próximas fiestas populares en honor de Nuestra Señora la Virgen del Rosario de Fátima.
Dignísimas autoridades:
Ilmos. Sra. y Sres. concejales del Ayuntamiento de La Laguna
Ilmo. Sr. don Santiago Cruz, querido cura-párroco del Barrio,
Dña. Araceli Alonso, Presidenta de la Asociación de Vecinos
Don Juan Luis Marín, Presidente de la Comisión de Fiestas,
Amigo don Francisco Santos, vocal de la Junta Directiva
Queridos paisanos, vecinas y vecinos del Barrio Nuevo,
Señoras y señores, amigos todos:
Como he repetido ya varias veces cuando he tenido la ocasión y el honor de leer un pregón, siempre digo y recuerdo que, como ustedes saben, yo no soy historiador, ni soy experto en arte... Sólo soy un lagunero que se siente profundamente lagunero y que quiere y nunca olvida a este Barrio Nuevo.
Mi formación llevó a mi titulación en la Escuela Técnica Universitaria de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de La Laguna (que casi pertenece al barrio) y luego la vida me hizo homologar mis conocimientos y estudios a los de Periodismo. Desde aquella época hace ahora casi 33 años he trabajado en esta trepidante y apasionante profesión del periodismo en general, y del periodismo radiofónico en particular… O sea que, profesionalmente, soy tan sólo un humilde periodista... Como suele recordar a menudo el maestro y amigo Juan Cruz Ruiz:
“Periodista es tan sólo gente que le cuenta a la gente...
lo que le pasa a la gente”…
Y yo, al fin y al cabo, soy y me siento, eso… una persona sencilla que cuenta a la gente lo que le pasa a la gente...
Dice el Diccionario de la Real Academia Española que un pregón es “la promulgación o publicación que en voz alta se hace en los sitios públicos de algo que conviene que todos sepan”… y dice también que es “un discurso elogioso en que se anuncia al público la celebración de una festividad y se incita a participar en ella”.
Pues bien… Deseo promulgar públicamente y en voz alta, en este acogedor salón de actos de nuestra Asociación de Vecinos, algo que conviene que todos sepan:
En el año del Señor de 2011, vuelven sus tradicionales fiestas populares de octubre a nuestro Barrio Nuevo – Viña Nava, en honor de Nuestra Señora la Virgen del Rosario de Fátima…
Deseo elogiar con entusiasmo unas fiestas que deben vivir y disfrutar todos los vecinos y vecinas del barrio y cuantos lo visiten durante los próximos días de nuestra fiesta.
Y como de las fiestas se trata, he pensado que hay que afrontar este pregón y las próximas fiestas del Barrio Nuevo, desde la esperanza, desde un renovado optimismo, desde la actitud que siempre ha caracterizado a los vecinos y vecinas de nuestro barrio.
La actitud de mirar hacia delante, de crecerse en la adversidad con la ambición de conseguir, entre todos, el mejor futuro para nuestro barrio y toda su gente.
Los que me han oído hablar en público en alguna ocasión ya saben que siempre, en algún momento de mi intervención, acudo a una frase que repito a menudo y que hoy voy a recordar desde ahora mismo, casi al principio de mi pregón…
La pronunció un día un misionero francés, Albert Schweitzer, que además era médico y cirujano. Schweitzer nació el año 1875 y murió con 90 años en 1965, fundó el hospital de Lambaréné, en la República de Gabón y fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1952. Albert Schweitzer dijo al recoger su Premio Nobel, a los 77 años...
“Los años arrugan la piel...
pero renunciar al entusiasmo, ... arruga el alma”.
Vengo con entusiasmo, y absolutamente decidido a transmitir entusiasmo. A todos y cada uno de los vecinos y vecinas del barrio. A todos en general, pero, si me lo permiten, a la juventud en particular. En el entorno festivo de las fiestas, deseo y espero que el entusiasmo frente a la crisis y el entusiasmo ante un mejor futuro, llene a toda la buena gente de este barrio y, sobre todo, a su juventud.
En este mes de octubre, en tiempo de fiesta, animo a las jóvenes y a los jóvenes del barrio a que florezca de nuevo la ilusión y el entusiasmo por educarse de forma integral, sobre todo en valores como el respeto, la solidaridad, y el servicio.
Animo a los jóvenes a formarse lo mejor posible (en una carrera o en un oficio…, sobre todo en idiomas) y, sin duda, les animo a prepararse para trabajar duro, mucho y bien. El Barrio Nuevo, nuestra ciudad y este municipio, la isla de Tenerife y toda nuestra Comunidad Autónoma les necesitan.
El Barrio Nuevo será lo que su gente quiera que sea y, en ese deseo, la juventud está llamada a decir muchas cosas….
Y con la mente puesta en toda la buena gente del barrio y en que vamos a celebrar nuestras fiestas populares, he pensado que no nos podemos olvidar que el centro de las fiestas de este gran barrio es, precisamente, la Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora la Virgen del Rosario de Fátima.
Podremos y debemos divertirnos, con los actos populares, con los deportivos, con los recreativos, pero no nos olvidemos nunca de los actos religiosos en honor de quien preside el barrio, quien lo protege y por quien en su honor se hace la fiesta, Nuestra Señora la Virgen del Rosario de Fátima.
Unas fiestas que son para todos y deben ser vividas sanamente por todos. Porque el barrio es un todo y todos lo conformamos. Todas sus mujeres y sus hombres, su infancia, su juventud y sus veteranos, conforman la gran y apasionante realidad de este Barrio Nuevo –Viña Nava.
Vecinos y vecinas que vienen a mi memoria de 33 años en el barrio. Anécdotas que en tiempo de fiestas nos sirven para recordar que no podemos perder el alegre sentido del humor y la sana novelería que siempre nos ha caracterizado…
Conté una vez que hace poco, llegando de un viaje al aeropuerto de Madrid, una señora (no sé si era la madre o la abuela) entró uno de los ascensores de la terminal y nos encontró a todos serios y nadie dijo nada… en voz alta ella le dijo al niño (creo que con el deseo de que lo oyéramos todos):
“Mira, mi niño, acabamos de llegar
al país donde nunca nos sonreímos”
Y vive Dios que en gran parte tenía razón la buena mujer, porque últimamente parece que ni nos sonreímos...
Hay una frase de Les Giblin que dice:
Si no empleas tu sonrisa…, eres como un hombre
con un millón de euros en el banco…, y sin chequera
Aquí en el barrio teníamos imaginación y humor hasta cuando hacíamos ruindades, o cuando le poníamos algunos nombretes a personajes del barrio, -de distinta profesión y condición- pero a cual más profundamente del barrio...
Humor a veces macabro y puñetero, como cuando de chicos le amarrábamos cacharros a los perros de nuestra querida y recordada doña Elvirita, permanentemente cargada de bolsos y rodeada de animales, que siempre llegada al comercio de mi padre cuando estábamos a punto de cerrar…
Para mí era como una especie de sanbenito porque no paraba de hablar y de hablar y, como mi padre era de los que no dejaba a nadie con la palabra en la boca… la venta terminaba cerrándose a las tantas y cuantas, por no hacerle un desaire a Elvirita…
También con humor recuerdo ahora cómo preparábamos las hogueras de San Juan desde casi un mes antes y hasta montando guardia con escopetas de balines, cuidándolas para que ningún chiquillo de alguna otra hoguera – vamos a decir hoguera “enemiga”— nos viniera a quemar la nuestra antes de la víspera de San Juan…
Aquello si era trabajo durante días, para competir con la hoguera de La Fajana, la del taller de chapa de los Palmero, o las de Campo de Las Ratas (donde ahora están los bloques de la Verdellada), luchando cada uno para que la propia fuera la mejor y más grande… y luego terminar (todos sucios y tiznados) asando y turrando papas en las brasas…
Y cuando no tocaba lo de las hogueras, nos íbamos al barranco de La Fajana, o al de la Verdellada (que ese era ya asunto mayor) a cazar ranas con mucho cuidado de que no nos chingaran en los ojos porque, según decían, nos quedaríamos ciegos… Aquello y cruzar el canal haciendo equilibrios, para pasar a lo que de verdad era y es La Verdellada, era lo más peligroso que hacíamos… Pero disfrutábamos de lo lindo…
Y cada día de San Cristóbal recuerdo que los chiquillos y un montón de gente del barrio no nos olvidábamos de acercarnos a la carretera general Santa Cruz-La Laguna (lo que después llamaron la carretera vieja), para ver pasar, como decíamos todos, a “los ancianitos”… aquella caravana de taxis negros con la raya amarilla (los de La Laguna) y con raya roja (los de Santa Cruz) que sacaban de paseo a los viejitos de los asilos de ancianos de las dos ciudades… sin duda había un respeto y un cariño hacia las personas mayores que quizá se haya ido perdiendo y que hoy aquí también me gustaría reivindicar.
Y los domingos… a Misa con don Leonardo Regalado.... La bondad personificada… Creo que el hombre con más paciencia que he conocido… estuve ayudando a misa, tocando la campanilla en el momento de la consagración haciendo que, a la vez, sonara la campana de la parroquia… Y ayudando a llevar la imagen de la Virgen por las casas donde pasaba uno o dos días para recaudar perritas para la fiesta… ¡qué tiempos aquellos…!
Luego vendrían como párrocos don Prudencio Redondo, don Eusebio Andrés, don Manuel Bethencourt, don Aurelio Feliciano y hasta el actual don Santiago Cruz, aquí presente… Todos han hecho una gran labor pastoral y, durante su labor, no debemos olvidar que hasta la Patrona de Canarias y de todos los canarios, nuestra Virgen de Candelaria, también pasó por nuestro barrio en aquella larga excursión que realizó la sagrada imagen por toda la isla, para recaudar fondos de cara a construir su actual basílica.
Todos estos episodios que ahora recuerdo y les cuento, se fueron sucediendo mientras mi padre armaba su historia profesional en lo que quizá fue el establecimiento que, sin darse cuenta mucha gente, fue evolucionando hasta protagonizar una anécdota que igual muy pocos conocen…
Vean el sencillo pero curioso cambio de palabras… Y es que mi padre comenzó en el barrio con una simple “venta” al otro lado de la carretera general, junto a donde estaba la ya desaparecida fábrica de piensos de don Bernardo. Luego se vino al lado de acá, donde hoy está la oficina de CajaCanarias, donde entonces ya no era “venta” sino… “tienda de ultramarinos”… para, más adelante, llamarse “comercio”… son cambios de nombre que, si no te fijas, no te percatas de la evolución… Luego paso a “autoservicio” con el nombre de “Casa Marrero” y, por último, “supermercado”…. Aquello fue la repera…, el primer supermercado de La Laguna y uno de los 10 primeros de todo Tenerife…. Y nació en el Barrio Nuevo
Y recuerdo, por ejemplo un acontecimiento que me marcó profundamente porque en él se unió la fe, el sentido del humor, la capacidad de sufrimiento, la entereza, el tesón y la fortaleza de mi padre, con la unión, el ánimo y la solidaridad de este barrio y su gente…
Fue allá por el año 1972 cuando, bastante de noche, a eso de las dos o las tres de la madrugada, me sobresaltó de la cama unos ruidos muy raros acompañados de explosiones y sacudidas… Entre ellos pude darme cuenta de que alguien golpeaba fuertemente la puerta de mi casa… Mi madre, precisamente, estaba sola en la península con mi hermano, a quien había llevado para la revisión de una delicada operación que en aquellos tiempos le habían hecho y yo me encontraba con mi padre, solos los dos en casa…
Quien golpeaba fuerte la puerta no era otro que mi vecino casi de siempre, Elfidio Alonso, quien posteriormente llegaría a ser alcalde de La Laguna, pero que en aquellos momentos era uno de los redactores jefes del periódico ÉL DÍA, quien precisamente llegaba a esas altas horas de la mañana de cerrar la edición del periódico y se había percatado de que de las puertas del supermercado salía abundante cantidad de humo… el supermercado de don Inocencio se estaba quemando…
Yo desperté a mi padre y juntos bajamos a toda velocidad al piso de abajo. Intentamos entrar en el propio autoservicio pero las llamas y la gran humareda nos tiraron para atrás… solo cabía salir a la calle y esperar a que llegaran los bomberos. El ruido del incendio, de la policía al llegar y de la gente que se fue reuniendo hizo que don Pepe y doña Mercedes (los propietarios del bar de enfrente, el bar de Pepe “El Guardia” abriera sus puertas para acogernos a mi padre y a mí… Desde la acera de enfrente veíamos como se quemaban años de trabajo, de esfuerzo y de ilusiones…
Y, sin embargo, no me olvidaré de que, en medio de la desgracia, tuvimos hasta una anécdota de risa… A los 15 o 20 minutos de habernos levantado y haber llamado a la policía, llegaron los bomberos de La Laguna con un super-camión cuba ultramoderna, que habían recibido hacía unos pocos meses entes…
Su espectacular llegada se quedó corta con el espectacular despliegue de aquellos bomberos y sus mangueras, entrando al interior del autoservicio… Recuerdo que cuando todos estaban preparados para comenzar a echar agua, el primer bombero en el frente de fuego gritó… ¡agua!... a lo que repicó el que estaba más atrás… ¡agua!... y por último un tercero que estaba a los mandos de la cuba y que también dijo ¡agua!.... dándole a la oportuna manivela…
Pero el agua no salió por las mangueras… sino por unos rociadores que el camión tenía en la defensa de delante preparados para regar las calles laguneras cuando el piche se derretía en los calurosos días de verano… Aquellos bomberos todavía no habían aprendido a utilizar el camión para otra cosa… Hilaria, una entrañable mujer que vivía enfrente de nosotros y que estaba medio perjudicada de su cabeza le gritaba a mi padre: ¡¡Inocencio, dile a los bomberos que apaguen el fuego y que no estén a estas horas chingando la calle!!... Imagínense el chiste en medio de la tragedia…
Todos asombrados y sin palabras tuvimos que ver cómo el comercio de don Inocencio seguía quemándose, mientras los bomberos de La Laguna no sabían qué hacer con el dichoso camión nuevo y había que esperar a que llamaran y subiesen los de Santa Cruz…
Tengo que recordar y les cuento que, en medio de aquel tan doloroso episodio, mi padre sólo pensó que yo estaba allí con él, los dos sanos, y que mi madre y mi hermano también estaban sanos en Madrid… Luego recordó que, justo unos días antes había tenido lugar el trágico terremoto de Nicaragua que había arrasado la capital del país, Managua, dejando 19.000 muertos y casi 20.000 heridos…
Recuerdo que mi padre nunca tomaba copas (excepto un vasito de vino de vez en cuando) pero que aceptó temblando una copa de coñac Terry a don Pepe “el Guardia” mientras me decía… “Tranquilo, esto no es nada, mucho peor es lo que están pasando en Nicaragua… nosotros estamos con vida y a partir de mañana comenzaremos a levantar todo de nuevo…”
Y lo primero que recuerdo de la mañana del día siguiente fue la avalancha de vecinos que desde todos los rincones del barrio vinieron a ofrecer su solidaridad y dar ánimos a mi padre para que el comercio volviera a abrir cuanto antes… y recuerdo especialmente el ánimo que vinieron a darle sus amigos de la sana competencia, Julita y Pastora, don Pantaleón Laguna (que tenía su venta al final arriba de la calle Obispo Pérez Cáceres), don Gabriel y doña Encarna (que la tenían en nuestra misma calle El Puente)…
Don Andrés y también don Froilán que, si mal no recuerdo, la tenía en la calle doctor Pasteur esquina a la calle El Drago… Don Miguel Palmero, que vino desde la harinera HALASA con don Pedro Cruz (recordado piloto de coches que les cuidaba como nadie Miguel Fueguito gran mecánico del barrio)… Y hasta la buena gente de la Tintorería “El Matiz” que, fundada en 1945, yo creo que hoy en día puede ser la empresa más antigua del barrio… Sin lugar a dudas, todo el mundo se interesó y mostró su solidaridad de una u otra manera, dando ánimos a mi familia…
Y así fue… casi tres meses después, un nuevo establecimiento que se vino a llamar Supermercado “Marrero” reabría sus puertas en la calle El Puente del Barrio Nuevo. La solidaridad del barrio, la unión de los empleados, el esfuerzo de mi padre, el empuje de todos… hizo que aquel episodio fuera superado y muy pronto… olvidado.
O sea, que aún en momentos difíciles, en situaciones que te ponen al límite, no debemos perder la calma y, si es posible, no olvidarnos del sano sentido del humor… Con el humor con el que con tan sólo 16 años (me imagino que hoy eso sería impensable) iba yo sin carnet de conducir a repartir compras por todo el barrio con la furgoneta azul matrícula TF 65.475, en la que muchas compras llevé a casa del gran don Carlos Pinto y su esposa doña Delia, a la de los Palmero, a doña Nereida (la partera) y a las casas de más de una persona que hoy está por aquí oyéndome…
Porque, amigas y amigos, en aquella época estudiábamos y ayudábamos a nuestros padres… Recuerdo llevar sacos de azúcar a la ventita de las hermanas Julita y Pastora (que estaba más o menos frente a donde hoy está el museo de la Ciencia y el Cosmos)… para que ellas, a su vez, la metieran en cartuchos y la vendieran a las casas de la parte baja del barrio.
Y recuerdo que, después de vaciarlos de azúcar, aquellos sacos blancos servían para que mi madre nos hiciera pantalones de lucha canaria…
¡Cuántos recuerdos de tantos años!... el barrio ha crecido, ha cambiado, ha mejorado (sus calles, sus infraestructuras, su equipamiento… ) echo de menos algunas cosas… la fábrica de galletas SAYDO, donde de vez en cuando íbamos para que nos dieran recortes de galletas partidas o tostadas más de la cuenta, la fábrica de caramelos COVADONGA, del amigo Pedro Marrero Torres, donde nos hacían las pastillas de goma, los pirulines con galletas de barquillo por fuera, y los paragüitas o sombrillas con el papel blanco que los cubrían y que era un coñazo sacar de lo pegado que estaban… (Aquel dichoso papel se metía entre los dientes y se pegaba de una manera que sólo se podía comparar a cuando se te pegaban en el cielo de la boca las cucharadas de leche en polvo que vendíamos a granel)
Tampoco está el recordado Cine Dácil, con don Graciliano primero en la taquilla y en la cantina durante los descansos, y el ya nombrado bar de don Pepe “El Guardia” que no tuvo un nombre propio hasta que un día montaron en el barro, junto al cine Dácil, una de las primeras “barras americanas” de Tenerife (uno de los primeros bares que llamaban de “mala reputación”) y al que le pusieron por nombre bar “Le París” (porque decían que ese nombre era moderno)… le faltó tiempo a don Pepe “El Guardia” para ponerle nombre a su establecimiento, que pasó a llamarse bar “Le Geneto”. Por cierto que era una gran casa de comidas que regentaba en la cocina doña Mercedes (la esposa de don Pepe) acompañada por Felisa y Mariquilla.
Ha cambiado aunque sigue en su mismo sitio el taller de zapatería de don Agustín, en la plaza de Domingo Cruz Cabrera, que para nosotros será siempre “La Placita”… Allí pasé muchas tardes ayudando a Tino, su hijo, a clavar tapas en los zapatos…
Por cierto que, recordando ahora “La Placita”, me viene a la memoria una Semana Santa en la que nos pusieron en películas toda la vida de Jesucristo en un cine al aire libre cuya pantalla era una gran tela blanca (no sé si hecha también con sacos de azúcar) amarrada en un lateral del camión de la harinera HALASA, que cada tarde prestaban para que hiciera de soporte. Y todos, sentados con un frío que pelaba, en medio de la placita.
Lo que no ha cambiado mucho es Juan, el peluquero, que empezó en la esquina de la calle El Puente (donde hoy está el banco Santander) y que tenía un pelo negro retinto. Ahora en la esquina de la calle La Fajana, no sé cuántos años después, sigue luciendo el mismo pelo negro como el sólo, como si los años no hubieran pasado por su cabeza…
Como verán, estoy entusiasmado… estoy, como decimos los canarios… ¡privado!... Y estoy convencido de que, como ha pasado siempre, el Barrio Nuevo saldrá también airoso de esta dichosa crisis que estamos pasando, porque sus vecinas y vecinas son muy buena gente, saben trabajar, saben luchar y se crecen en la adversidad y, también en estos tiempos complicados, Barrio Nuevo - Viña Nava y su buena gente, va a volcarse y disfrutar con alegría de estas próximas fiestas populares que hoy aquí les anuncio.
Ya hoy hemos disfrutado con la actuación de la coral “Unum Cor” y espero que ahora también lo hagamos con nuestro querido y laureado Orfeón “La Paz”… Pero deseo y espero que disfruten con el concurso de parchís y el campeonato de envite, con los juegos organizados por Cruz Roja, disfruten de la excursión al sur y del concurso de postres, asómbrense con la actuación del hombre de la súper-memoria y pásenlo de maravilla con el festival folclórico y la gran papada final.
No se pierdan el concurso de paellas y el concierto de música góspel con el coro de la parroquia, y, por supuesto, diviértanse con el festival Drag-Queen y la tremenda verbena. Pero, sobre todo, no se olviden de participar en los actos religiosos y gozar el domingo 16 de octubre de la misa solemne y, por la noche, de la procesión de nuestra Virgen del Rosario de Fátima, que culminará con la gran exhibición pirotécnica.
Espero que disfruten de toda la fiesta como yo lo hice siempre y más un año en el que hasta actué en el pequeño escenario montado en la Placita y donde me canté a la guitarra aquella canción de Jorge Cafrune y Marito titulada “Virgen Morenita”… Porque había que colaborar con la fiesta…. Como ustedes hoy siguen colaborando… Recuerdo que, a falta de perras, hasta nosotros mismos hacíamos las guirnaldas con trozos de serpentina, utilizando para ello la popular y artesana poleada (o poliada) aquella especie de pegamento que hacíamos con agua caliente y harina… y a veces con papas…
(Una sorpresa: Hoy me he vuelto a sentir aquel chiquillo del barrio y yo mismo he confeccionado esta guirnalda de forma artesanal, que aquí les presento y regalo)
He querido hacer un pregón más bien popular, en positivo y con alguna nota de humor… No sé si lo he conseguido, pero deseo decirles que lo he querido hacer así, PERO sin olvidarme de que hay muchos vecinos del barrio que están pasando por momentos difíciles, momentos de necesidad… Momentos en los que esas posibles necesidades de otros, deben volver a estar presente en todos y cada uno de nosotros… EN TODOS NOSOTROS, de la mano de la palabra solidaridad.
Solidaridad y buen trabajo humanitario como el que está protagonizando Cáritas en nuestra parroquia, con el bueno de don Santiago Cruz Dorta al frente y un buen número de colectivos de este gran barrio. Y, además, según me ha podido decir el propio don Santiago, con la sencillez y discreción que el tema requiere.
Ayudar al necesitado casi sin que nadie se entere, pero que, a ser posible, a nadie le falte lo básico. Cáritas en la parroquia del barrio Nuevo está dando un gran ejemplo y yo también les felicito por ello y les animo a todos, jóvenes y no tan jóvenes a seguir colaborando. Estén seguros de que, por muy duro que sea, de esta también vamos a salir más pronto que tarde…
Los vecinos y vecinas del Barrio Nuevo quieren - QUEREMOS - vivir felices, tranquilos y en progreso. Saldremos de esta más unidos, más fortalecidos, mejores personas, mejores ciudadanos…
Por eso, a pesar de todo, vale la pena celebrar nuestras fiestas y, con alegría, disfrutar todos solidariamente de ellas. Unas fiestas para mirar hacia delante en positivo y con esperanza.
Comencé esta disertación haciendo alusión al significado de la palabra “pregón” y me apetece terminarla con la palabra “entusiasmo” para hacer honor a la frase que les comenté de Albert Schweitzer….
Dice el diccionario que “entusiasmo” es exaltación y fogosidad del ánimo, es estar excitado por algo que nos admira o nos cautiva. Dice también que es la adhesión fervorosa que mueve a favorecer una causa o empeño...
Pues hoy yo, verdaderamente entusiasmado, les animo a vivir intensamente nuestras fiestas populares en honor de Nuestra Señora la Virgen del Rosario de Fátima en este año 2011 y, como les dije, recuerden que los años arrugan la piel… pero renunciar al entusiasmo arruga el alma…
Amigas y amigos: que nunca perdamos el entusiasmo y sepan que… el futuro es de las personas que creen en la belleza de sus sueños.
¡Felices Fiestas! y ¡Que Dios bendiga al Barrio Nuevo – Viña Nava! ¡¡Que Dios nos bendiga a todos! Muchas gracias.