La Verdellada revivirá el 6 de agosto su “librea” con la Bajada del Diablo
La Bajada del Diablo, el acto cultural más relevante de las Fiestas Patronales de La Verdellada ya tiene cartel para esta edición, en la que cumple una década tras su recuperación en 2001.
El Presidente de Los Verdeños, Moisés Afonso, presentó este lunes 4 de julio el cartel anunciador de la “Bajada del Diablo” 2011, uno de los actos más pintorescos de cuantos agrupa el programa de actos de las Fiestas Patronales de La Verdellada en honor de Nuestra Señora de Lourdes. El cartel este año cambia el estilo de usar imágenes reales superpuestas de ediciones anteriores, y se atreve a usar una representación artística de la victoria de San Miguel Arcángel sobre el Demonio, base narrativa sobre la que se desarrolla el acto de la Bajada del Diablo en La Verdellada.
Este año la Bajada del Diablo será el sábado 6 de agosto, víspera de la fiesta principal religiosa de La Verdellada el primer domingo de agosto. La Bajada del Diablo cuenta tradicionalmente con la colaboración de las Concejalías de Fiestas y Cultura del Ayuntamiento de La Laguna, y es organizada por la Comisión de Fiestas de la Asociación de Vecinos Los Verdeños.
10 años de Bajadas del Diablo
Son muchos los pueblos de Canarias que viven sus particulares libreas, en las que como nota general, se representa el triunfo del bien sobre el mal, en una mezcla de paganismo y religiosidad muy común en la mayoría de las tradiciones populares de nuestra cultura cristiana. Pueblos como El Palmar, Tijarafe, Güimar o La Verdellada, celebran en su calendario festivo una representación de librea donde el “Diablo” es el principal protagonista. En estos casos hablamos de unas libreas muy pintorescas y paganas que contrastan, con las otras más teatrales o cultas, como son las de Valle Guerra o Tegueste, donde el principal protagonismo se lo lleva la Virgen en escenas históricas y sin Diablos por medio.
En el caso de La Verdellada, se trata de la “Bajada del Diablo”, una actividad recuperada hace ahora una década con la colaboración inicial de la Agrupación Folklórica Universitaria, pero que con los años ha ido cogiendo una fama y capacidad de convocatoria digna del espectáculo que ofrecen cada año los Verdeños. Se trata de una mezcla de fuego, color, baile, teatro y, también en este caso, religiosidad, ya que se representa la llegada del día grande de las fiestas de la virgen, la imagen de la Inmaculada Concepción, representada en La Verdellada con su patrona, Nuestra Señora de Lourdes.
Así pues, la Bajada del Diablo, se ha convertido en los últimos años en el acto más singular y cultural de las Fiestas Patronales de La Verdellada en honor de Nuestra Señora de Lourdes, por su trasgresión artística en la noche más intensa de las fiestas del barrio lagunero. El acto, que es en definitiva la representación de la librea, de orígenes muy antiguos en la cultura popular canaria, viene a mostrar el triunfo del bien sobre el mal con la entrada en el día grande de las fiestas, fijado tradicionalmente en el primer domingo de agosto.
Este acto cuenta con cinco escenas importantes. La primera representa la suela del Demonio, que figuradamente se encuentra en la aljibe de la Casa del Barco. En la segunda escena, al inicio de la bajada desde la Casa del Barco hasta la Plaza Mayor, que se realiza por la calle Francisco Afonso Carrillo, se representa la condena del Diablo por parte del Árcangel San Miguel, que lo encamina a seguir su recorrido danzando calle abajo entre duendes, animales del bosque y fuegos de véngalas, atrayendo a su paso todos los males del barrio.
Durante este recorrido, se representa la tercera escena, en la que el Diablo enseña con fuego y mucho ruido esa presencia maligna, entre otros elementos con la traca valenciana de más de 100 metros de largo que es prendida a su paso. En la cuarta escena, una vez el Diablo llega a las puertas de la Plaza Mayor , se representa su derrota, con la espectacular representación teatral y aérea del cielo, donde se representa el definitivo triunfo del bien sobre el mal. Y por último, la quinta escena es la prendida del propio Diablo con más fuegos de artificio que dotan la velada del misticismo que merece.