sábado, 26 de septiembre de 2009

NOTICIAS - ESPECIAL CASA DEL BARCO

El sueño de la Casa del Barco

Tras muchos años de trabajo vecinal, el futuro de la histórica Casa del Barco de La Verdellada se va despejando. La llegada de Jonathan Domínguez a la concejalía de zona reactiva el sueño de recuperar para los ciudadanos la casa más antigua de La Verdellada.



Redacción (SF)- El nuevo concejal de zona de La Verdellada, Jonathan Domínguez, se ha puesto las pilas con uno de sus proyectos estrella mientras fue dirigente vecinal en el barrio durante casi 18 años. Y no es para menos, ya que Domínguez ha estado luchando por la salvación de la Casa del Barco desde que era presidente de la Asociación Juvenil Ajuve, época en la que logró paralizar su demolición con el ensanche de la Avenida La Salle en 1992. Desde entonces la Casa del Barco ha estado siempre en la agenda del ex presidente de Ajuve, ex presidente de Los Verdeños, ex coordinador de la concejalía de zona y hoy concejal de zona de La Verdellada.

Ya en 1992 cuando aún era un niño logró parar el derribo de la citada casa, que con las obras del ensanche de la Avenida La Salle que había aprobado el ayuntamiento en la época del alcalde socialista José Segura, incluía la demolición de la historia casa verdeña y la tala del centenario alcornoque. Como veremos, la trayectoria política de Jonathan Domínguez y el proceso de salvación de la Casa del Barco parecen ir en paralelo, tanto que los ascensos de cargo de Domínguez han ido a la par a los pasos de gigante que ha ido dando la Casa del Barco en el camino de su salvación.

Una vez se logró paralizar el derribo por el que apostaba firmemente tanto el ayuntamiento como la asociación de vecinos Tinguaro, que entonces representaba también a La Verdellada por encontrarse Los Verdeños en situación de gestora; los vecinos del barrio comenzaron a tomar conciencia sobre la protección del poco patrimonio histórico que les quedaba. Era una postal bastante curiosa, la de ver a un presidente juvenil de apenas 13 años, convenciendo a sus mayores de la importancia de proteger para las futuras generaciones la edificación más antigua de toda La Verdellada, y en sí, un símbolo de su rico pasado agrícola y ganadero.

Con la presión realizada desde la Asociación Juvenil Ajuve, en 1994 se dio un paso más en la carrera por hacer ver la importancia de la Casa del Barco en el contexto histórico verdeño, rescatando del baúl de los años 60 el antiguo escudo de la Unión Deportiva Verdellada que incluía en su interior la silueta del molino de viento de la Casa del Barco, elevándolo así a la oficialidad, instaurándolo como escudo popular del barrio y logotipo oficial de la Asociación de Vecinos Los Verdeños que en aquellos años comenzaba a despertar de su letargo.

Para sorpresa de muchos, aquel adolescente logró junto a su entonces pequeña Asociación Juvenil, que el entonces concejal de Vías y Obras lagunero, Manuel Martín Luís, se comprometiera en 1995 a plantear por primera vez la salvación de la historia casa verdeña. Un año más tarde, el propio concejal admitía ya que la Casa del Barco no sería demolida y que el ayuntamiento estudiaba la propuesta de Ajuve para su adquisición y transformación en espacio público socio cultural.

Pero no fue hasta 1999, cuando de manera definitiva y oficial, y ya como recién elegido presidente de la Asociación de Vecinos Los Verdeños, Domínguez cerrara con el Ayuntamiento, gobernando ya por Ana Oramas, el acuerdo para que en el PGO apareciera catalogada y reservada a espacio socio cultural la Casa del Barco. Para lograr esta salvación y solucionar el problema del tráfico, nació la denominada variante de la Casa del Barco, una vía alternativa por la parte trasera de la casa que desviara el tráfico de la Avenida La Salle hasta el túnel de la Vía de Ronda sin necesidad de demoler la histórica edificación.





Durante los últimos ocho años, quizás por la garantía que daba el PGO de que la casa no se podía demoler, o quizás porque la prioridad en equipamientos para el barrio de La Verdellada se centró en el Campo de Fútbol, el parque Tinguaro, la Guardería o los ascensores; la Casa del Barco se ha mantenido en un segundo plano hasta ahora. La llegada de Domínguez a la concejalía de zona se está haciendo notar, sobre todo en las cuestiones referentes al patrimonio histórico del barrio, como han sido las recientes actuaciones en la Cruz de Marca, en la capilla de Lourdes, en los molinos del barranco y ahora en la Casa del Barco.

Así pues, Jonathan Domínguez anunció recientemente en prensa que el Ayuntamiento de La Laguna y su alcalde Fernando Clavijo ya tienen un programa para convertir la Casa del Barco en un espacio cultural para el barrio, una vez se ejecute un proyecto de restauración. Ese programa u hoja de ruta, se iniciará el próximo año 2010, para el cual está previsto que se encargue la redacción del proyecto definitivo de la casa y su entorno, y a su vez el proceso de negociación para la adquisición de las partes de dominio privado que se verán afectadas con este proyecto.

El plan de la Casa del Barco incluirá definitivamente la realización de la variante de la casa para desviar el tráfico, la peatonalización del tramo de avenida de La Salle que rodea la casa, y la restauración de la misma para su conversión en espacio sociocultural. Parece que la salvación definitiva de la simbólica Casa del Barco, ese sueño de salvar una parte tan importante de la historia de La Verdellada, está cada vez más cerca.




LA CASA DEL BARCO

“Justo en lo que era el borde del barranco, se alza desafiante al paso del tiempo, la histórica Casa del Barco, primera edificación de la zona, que partió de una gran aljibe a la que se le añadió con el paso del tiempo una masía junto a la sombra agradecida de un centenario algarrobo, en cuya copa existió antaño un barco de recreo que servía de merendero, el cual dio origen a la denominación de la Casa del Barco. La citada casa se encuentra coronada por el último molino de viento que queda en La Laguna, una estructura metálica modelo Tejano, que era utilizada para subir agua de la aljibe abovedada de la casa. Esta aljibe, servía para abastecer las fincas de la zona, y fue construida a finales del siglo XVI, principios del XVII, coincidiendo con la época en la que se cultivaba en esta zona la uva de origen portugués denominada Verdello, la cual dio origen posteriormente al nombre de La Verdellada. El estado de la casa en la actualidad es malo”.

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Las obras de la nueva guardería de La Verdellada entran en su fase final

El edificio de edificio de dos plantas, con ascensor y una superficie total de unos 250 metros cuadrados, se levanta junto al Parque Tinguaro y las obras han durado un año.



La Escuela Infantil de La Verdellada podrá abrir sus puertas en torno a los primeros meses de 2010, según se prevé conforme al propio desarrollo de los trabajos. El alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo, acompañado por el concejal de zona de La Verdellada, Jonathan Domínguez y por la concejala de Vías y Obras, Cruci Díaz, visitó en días pasados las obras. Los trabajos que se están ejecutando se encuentran ya en su fase final para, a continuación, proceder a la dotación de equipamiento.






El alcalde destacó “la importante función social que cumplen en el municipio este tipo de centros, en la medida en que facilitan a muchas familias la conciliación de la vida familiar con la laboral, con especial prioridad para aquellos que tienen menos recursos”.

En este sentido, Clavijo recordó que, además de la red de escuelas infantiles que se están implantando en La Laguna, la política municipal en esta materia incluye también líneas de subvenciones para ayudar a costear las plazas de niños en guarderías privadas a aquellas familias que más lo necesitan y que no han podido acceder a las municipales. La Escuela Infantil de La Verdellada es un nuevo equipamiento socio-educativo que se sumará a la red de escuelas infantiles municipales y que se encuentra ubicado en la Avenida de La Salle, en las cercanías del nuevo campo de fútbol de césped artificial de La Verdellada.




Un edificio de 250 metros cuadrados y dos plantas


Se trata de un edificio de dos plantas, con ascensor y una superficie total de cerca de 250 metros cuadrados. El edificio se ha diseñado de forma que los niños no tengan que subir a la planta alta. La actividad principal se llevará a cabo en la planta baja que contará con tres aulas para la atención de los niños, patio de recreo, comedor y aseos. La planta alta acogerá las áreas de enfermería, dirección, vestuarios de personal y aseos para adultos discapacitados.A través del despacho de dirección se accede a una terraza desde la que se puede observar el patio de recreo. Por su parte, la accesibilidad entre las dos plantas se resuelve tanto con una escalera como con un ascensor.

El presupuesto destinado para la Escuela Infantil de La Verdellada asciende a 327.134,61 euros y para su construcción el Ayuntamiento lagunero ha contado con la financiación de la Dirección General del Menor y la Familia del Gobierno de Canarias.