lunes, 13 de octubre de 2014

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La Verdellada: El barrio que progresó a base de Unidades de Actuación

El espectacular cambio urbano de La Verdellada en los últimos 20 años, ha sido producto de una gestión urbanística consensuada con los vecinos, donde las Unidades de Actuación han sido el mecanismo transformador. La visión global de su movimiento vecinal, y las ganas de avanzar de sus vecinos, fue clave en los procesos negociadores de los planes urbanísticos de la zona.

Vista Área de La Verdellada en 2009

Son muchos los barrios, que en sus continuos dilemas sobre el progreso y las comparaciones odiosas sobre los avances de unos y otros lugares, siempre toman de ejemplo a La Verdellada para justificar que en sus zonas no hay equipamientos públicos. Sin embargo nadie entra en detalle sobre los sacrificios urbanísticos que tuvo que vivir La Verdellada durante las últimas dos décadas para lograr las dotaciones de suelo necesarios para los equipamientos que ahora disfruta sin exceso de coste público, o del suelo necesario para los proyectados en un futuro.

Una Unidad de Actuación (UA) es una zona de suelo reservada en la planificación urbanística para su urbanización y edificación, la cual suele desarrollarse por un sólo promotor, o por varios propietarios a través de una junta de compensación, como norma general. Lo cierto es que cuando dentro de la UA hay pequeños propietarios, si estos deciden no participar o colaborar con la mayoría, finalmente acaban sucumbiendo al justiprecio legal, en pro del bien común que supone el urbanizar el suelo y ceder la parte destinada en ella al beneficio común o público (parques, zonas sociales, deportivas etc.).

Los abogados, la política y sus demagogos, suelen ser parte del problema que finalmente sufren los pequeños, ya que la falta de información o distorsión de la misma por intereses ajenos al del afectado (debate político opositor), en cuanto a la libertad de valorar sus pros y contras en la tarea de la urbanización en la que ha sido incluida su propiedad, acaban secuestrando o llevando al callejón sin salida del pleito judicial a los pequeños, que finalmente sufren por partida doble las pérdidas en todo el proceso. El pequeño pierde, y el que le empujó a base de manifestaciones al pleito judicial se desaparece como vampiro que ya no encuentra sangre en su víctima.

Lo aconsejable, por el ejemplo vivido en La Verdellada, es que los pequeños escuchen todas las posibilidades y se asesoren bien por gente que sepa de verdad de urbanismo, y si una vez escuchados los beneficios y los sacrificios necesarios para lograrlos no interesan; siempre estarán en legitima postura su oposición a ser incluidos en una UA. Pero en la valoración de los barrios en su conjunto, luego no se puede comparar con otras zonas en cuanto a servicios públicos o equipamientos logrados, ya que hay avances que legalmente, e irremediablemente, pasan por determinados sacrificios o procesos urbanísticos como la UA.

La Verdellada ha tenido que sufrir de las unidades de actuación durante los últimos 20 años, para a base de ellas lograr el bien comunitario de los equipamientos públicos de los que disfruta en la actualidad, la mayoría de ellos logrados por la inversión privada a través de las citadas unidades de actuación. La regla es simple, por cada x metros urbanizados o edificados, el barrio ha ganado x metros de suelo para equipamientos sociales, deportivos, educativos o verdes públicos, sin que la administración pública, es decir, el dinero que todos pagamos con nuestros impuestos, se vea condicionado.

Las dos primeras UA que se desarrollaron en La Verdellada en el inicio de su histórica transformación urbanística, fueron las dos del sur, promovidas por Gestur en los años 90. A través de estas dos UA el barrio creció con más de 700 viviendas de protección oficial en régimen de venta, que dieron como beneficio los suelos necesarios para el Polideportivo Municipal Los Verdeños, la Escuela Oficial de Idiomas, la Plaza Mayor, el Centro Ciudadano y los miradores de las Congas, así como los suelos para futuros equipamientos, como el Parque de los Vientos o el Centro Multiusos de La Verdellada aun en fase de proyecto. El barrio perdió su concepción de pequeño núcleo rural y familiar aislado, a cambio de equipamientos que de otra forma no hubiera logrado.

A finales de los 90, otra tercera UA, la del Lomo, promovida por Visocan y Muvisa, dio origen a 234 viviendas de protección oficial en régimen de alquiler, y otras 36 en régimen de venta, con las cuales se liberó el suelo necesario para la construcción de la futura parroquia del barrio, y otra plaza de 2.000 metros cuadrados. En resumen, estas tres unidades de actuación que venían de las normas subsidiaras previas al PGO del año 2000, fueron muy polémicas y contestadas por los vecinos de la zona, que sin embargo, finalmente fueron conscientes de la magnitud del avance urbanístico del barrio y sirvieron de escuela y aprendizaje vecinal para saber negociar posteriormente el vigente PGO de La Laguna, en el que llegarían tres unidades de actuación más para cambiar definitivamente al barrio de La Verdellada.

Precisamente en el vigente PGO, fue donde aparecieron las nuevas Unidades de Actuación del norte de La Verdellada, las recordadas de La Salle y el Triangulo Verde. Ambas UA supusieron para La Verdellada un nuevo crecimiento de casi 500 viviendas en régimen de venta privada, que a cambio facilitaron el suelo necesario para la Guardería o Escuela Infantil de La Verdellada, el famoso Parque Tinguaro, o el nuevo Campo de Fútbol; importantes equipamientos verdes, sociales y deportivos que posiblemente hoy no se hubieran consolidado si en su momento no se hubiera logrado la gestión urbanística de sus parcelas (más de 20.000 metros cuadrados) en las citadas UA.

En definitiva, La Verdellada de Unidades de Actuación puede hablar y escribir un libro, con sus tormentas y sus bondades, pero lo que nadie puede poner en duda, es que la gestión del suelo a base de UA en pro de lograr un entramado urbano con los suficientes aprovechamientos públicos y sin gastar en ellos dinero procedente de los impuestos de los ciudadanos, es hoy por hoy la única vía posible.  

Con esto, cada barrio puede decidir si se posiciona a favor o en contra de un Plan General (PGO), muchas veces por intereses particulares que se intentan imponer a la mayoría como generales a base de la demagogia o la manipulación política; Pero de esta misma forma, también deben saber los vecinos que en los PGO es dónde se logran los suelos para los equipamientos que se hacen en los barrios, por lo que si ahora el posicionamiento es un rotundo “No al PGO”, después no se comparen interesadamente con La Verdellada. Todo avance en servicios suponen un sacrificio, y La Verdellada es el ejemplo más claro de ello en el municipio de La Laguna, de ahí que en el barrio las asambleas sobre el PGO dieran un resultado de apoyo casi unánime al PGO actualmente en trámite municipal.

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