lunes, 13 de octubre de 2014

PREGÓN BARRIO NUEVO 2014

PREGÓN DE LAS FIESTAS PATRONALES DE BARRIO NUEVO EN HONOR DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE FÁTIMA 2014

Don Ricardo Melchior Navarro



Estimados vecinos y vecinas, queridos amigos, muy buenas noches a todos:

Sepan que me siento muy honrado de hallarme esta noche aquí, ante ustedes, en este lugar acogedor de nuestra ciudad centenaria, para pregonar sus fiestas, las fiestas de Barrio Nuevo-Viña Nava en honor a su patrona, Nuestra Señora del Rosario de Fátima; advocación de la virgen que, como luego explicaré, me es muy familiar.

No puedo comenzar sino dando las gracias a la Asociación de Vecinos Tinguaro y su comisión de Fiestas por brindarme este honor, que acepto de muy buen gusto, porque valoro las cosas que surgen de la sencillez y la humildad; al tiempo que aborrezco los gestos pretendidamente grandilocuentes y pomposos.

Sencillez y humildad de la que tanto saben las gentes de este barrio; sobre todo los mayores del lugar, los que trabajaron duro para lograr el progreso y mejoramiento de los suyos. Pero no lo hicieron desde el individualismo, sino desde la unidad, la colectividad, la solidaridad; he ahí, creo, buena parte de sus enseñanzas.
***

Son enseñanzas que no pasan de moda, porque se asientan en valores universales que toda comunidad debiera tener como guía. Valores que, como decía, ejemplifican muy bien nuestros antepasados; quienes antes que nosotros habitaron estas islas y dieron lo mejor de sí por ellas.

Incluso, yendo más atrás en nuestra propia historia, ¿no es eso acaso lo que hicieran el mencey Bencomo, su hermano Tinguaro y todos los demás guanches que trataron de evitar la conquista castellana, sucumbiendo finalmente por la fuerza de las armas invasoras, al precio de la vida de muchos de ellos?

Porque, según los estudiosos de nuestro pasado, fue precisamente aquí, en el terreno que ahora pisamos, donde se libró un enfrentamiento decisivo de la conquista insular, la llamada Batalla de Aguere, en noviembre de 1994. Cuentan que las huestes guanches se alineaban entre la actual Cruz de Piedra y la Ermita de San Cristóbal, con arrojo y determinación, pese a su inferioridad en cuando a medios de guerra.
Pero lo intentaron, y lo hicieron unidos. Por eso su ejemplo ha quedado en el imaginario colectivo canario, y hoy, más de cinco siglos después, sigue siendo inspirador; como bien nos recuerda la bella escultura de Bencomo que, a poca distancia de aquí, preside una de las puertas del barrio.

Si seguimos tirando del hilo de la historia, vemos que los ganadores, con el adelantado Fernández de Lugo a la cabeza, realizaron repartimientos de las tierras recién conquistadas. Y precisamente esta zona, al sur del lugar donde se fundó la ciudad, se cree que fue otorgada a un pariente del propio adelantado, parece ser que por su buenas condiciones para el cultivo y el pastoreo.

Así también ocurrió con el núcleo poblacional de mi valle natal, Valle de Guerra, que precisamente debe su nombre a otro conquistador, Fernando Lope de la Guerra.

Observamos que una y otra zona, como tantas de nuestras islas, fueron pronto dedicadas a la agricultura, pues era esencial garantizar el abastecimiento de la nueva sociedad que surgía en Tenerife.

Esto es muy claro en el caso de Barrio Nuevo-Viña Nava, como corrobora el hecho de que ya en el siglo XVIII en toda la zona, incluyendo La Verdellada y Cercado Mesa, tuviese notable protagonismo el cultivo de viñedos, propiedad de Tomás de Nava y Grimón, séptimo Marqués de Nava.

Sin embargo, como saben, el germen del actual barrio es más tardío, de principios del siglo XX, cuando varios particulares comienzan a adquirir diversas parcelas, en las que van construyendo sus viviendas. El lugar se va poblando paulatinamente, diversificándose los oficios de sus habitantes. Por eso se llama Barrio Nuevo, porque era la nueva zona de crecimiento de La Laguna hacia el sur.

Sin embargo, esta comunidad que nacía precisaba, como todas, de símbolos colectivos que sirvieran de nexo de unión para todos sus miembros; y aquí es donde comienza su relación con la Virgen del Rosario, que antaño era traída en procesión hasta el barrio desde la Parroquia de Santo Domingo.

Hasta que, fruto de la consolidación de la devoción popular por esta imagen, el Obispado autoriza la constitución de parroquia propia, de la que el pasado año se cumplieron 50 años de vida, y que, cómo no, está dedicada a Nuestra Señora del Rosario de Fátima.

La Virgen del Rosario, como dije al principio, me es muy cercana; pues, como muchos de ustedes sabrán, también es la patrona de Valle de Guerra. Allí se instauró su ermita originaria en 1604, siendo la primera que se le dedicaba en Tenerife.

Ya ven, nacimientos dispares de ambos núcleos poblacionales, pero con advocaciones religiosas comunes; diría más, con un pasado agrario común; con valores comunes, que provienen de nuestros ancestros y que afortunadamente hoy perviven.

Valores como la laboriosidad, la sencillez, la humildad, la unidad; valores de los que hablaba al principio; tan necesarios para seguir adelante y superar dificultades, y que percibo, entre ustedes, muy presentes.

Muchas gracias por su atención.

Felices fiestas y ¡viva la Virgen del Rosario de Fátima!


Ricardo Melchior Navarro


Barrio Nuevo, Viernes 10 de octubre de 2014.

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