miércoles, 24 de julio de 2013

PREGÓN FIESTAS LA VERDELLADA 2013


Pregón de las Fiestas Patronales de La Verdellada en honor de Nuestra Señora la Virgen de Lourdes 2013


DON PEDRO MOLINA RAMOS





Buenas tardes.

Muchísimas gracias a todos y todas, en nombre propio y en nombre de mi familia y de las organizaciones en que participo, por esta invitación para ser el pregonero de las fiestas patronales de La Verdellada.

Muchas gracias a Domingo Barbuzano por esta presentación que me ha hecho, que no me ha dejado con ganas de hablar sino con ganas de marcharme y ya esta todo dicho; Nosotros somos los únicos dos tartamudos especializados en hablar, como dos cojos especializados en correr, eso somos nosotros dos hablando.



 
El barrio de La Verdellada era un barrio agrario, un barrio agrícola y ganadero. Recuerdo unas personas mayores que ya no existen, que me decían que era aquí donde hoy esta la urbanización La Verdellada, donde se empezaba a segar la cebada con 6 vacas y una maquina que hacía los muelles. Cobraban 14 pesetas por cada 5.000 metros que cegaban, 14 pesetas la fanegada, a 17 céntimos de euros por estar trabajando todo el día 6 vacas y seis hombre.

En ese tiempo trabajar en el campo significaba comer, pero cuando esta zona estaba cultivada, cuando La Laguna estaba sembrada de grano, eran tiempos en los que las personas que vivían en esta isla, tenían que marcharse fuera para poder vivir, porque con lo que daba el campo no daba para comer.

Pero este barrio concretamente se fue formando, con la venta de unos solares que compraban con sus ahorros personas que vivían en las cercanías o no, personas como fueron mis suegros, que compraron un solar en esta tierra, en este barrio y que con todos los sacrificios del mundo construyeron su vivienda, construyeron su casita.

Y esa casa no la construyeron encargando ningún proyecto a ningún arquitecto, ni visando planos, ni presentando proyectos al ayuntamiento como la ley de hoy decide. Ni tampoco contratando empresas que vinieran a construir; se hizo trabajando sábados y domingos, ayudándose padres e hijos, familiares y vecinos, y así se construyó este barrio.

La primera vez que yo vine aquí, vine porque había una carrera de motocross en la finca donde hoy es la escuela de los hermanos, fue en el año 74 ó 75. Pero después cuando ya vine como concejal, había un barrio que estaba perfectamente diseñado por los que no habían estudiado nada de urbanismo, y las calles de La Verdellada estaban muy bien trazadas, no estaban urbanizadas pero se estaba gestando y redactando el proyecto y ejecución de urbanización.

Hay aquí hoy también una persona, Pedro Félix González Martín, que era miembro de esa corporación, que sabe perfectamente que significó en esos años la participación ciudadana. Pero no era una participación de ¿dígame usted que opina?, sino una participación de ¿que vamos hacer el sábado y domingo?.

Cuando Pedro Félix entró en el ayuntamiento no había red de agua potable en los barrios de Los Baldíos, la montaña la Mina y ninguno de esos sitios, y con la colaboración vecinal se hizo que el ayuntamiento comprara el material y los vecinos pusieran la mano de obra. Así fue como se construyó La Laguna que conocemos, tras el inicio de la democracia con Pedro González como alcalde.

Y en este barrio concreto igual que en algunos otros, se tomó la decisión de urbanizar las calles que no tenían aceras, asfalto, ni alcantarillado, ni alumbrado; con una financiación especial que se llamaba “contribuciones especiales”, que acabaron con aquel mandato. Las contribuciones especiales significaban que un tercio de la financiación la ponía el ayuntamiento, otro tercio las otras administraciones insulares y de la comunidad autónoma, y el otro tercio los vecinos.

Hoy si hubiera que urbanizar las calles y los vecinos tuvieran que pagar un tercio de lo que cuesta, no se lo que pasaría, pero en los años que estamos hablando de inicios de los 80, se hizo así con el esfuerzo de todos. Y por eso este barrio fue un barrio familiar que se desarrolló familia a familia, y a su esfuerzo hay que agradecerle mucho.

Para mí, conocer este barrio, con esta asociación de vecinos que en aquel tiempo presidida don Luís Gorrín, más conocido cariñosamente por todos como Luis “Danone”; significó pues la organización de la sociedad civil, y conocí a Magdalena Díaz Reyes, que era la secretaria de la asociación, con la que después me casé, y fruto de ese feliz matrimonio hemos tenido un hijo.

Esa asociación de vecinos fue el embrión de aquel proyecto, y en esos tiempos de inicios de la democracia nació una persona llamada Jonathan Domínguez, y aun no se si La Verdellada es lo que es hoy porque existe Jonathan, o si Jonathan es como es porque existe y es de La Verdellada. Esa discusión la tendré siempre en mi cabeza y creo que nunca sabré el resultado. Lo que si se es que aquella sociedad civil se organizó sin talones, ni cheques, sin que nadie le haya tenido miedo, y todas las corporaciones municipales le hayan tenido en cuenta por su organización.

Los distintos gobernantes del municipio así han tenido en cuenta a La Verdellada, la han ayudado, y sobre todo no han tenido miedo que La Verdellada se organice en asociaciones de mujeres, de mayores, de jóvenes, de vecinos. Se organicen con una banda de cornetas y tambores que lleva el nombre de este barrio a todos los sitios donde va, con una semblanza de respeto, de cariño y de devoción.

Yo creo yo he venido a las fiestas de La Verdellada, a la procesión del primer domingo de agosto por la noche siempre, y hay un invitado no suele faltar nunca que es Chago Melián, pero hay otro invitado que yo no lo he visto faltar nunca, y es el viento, siempre hace viento esa noche. Ya puede haber una ola de calor el sábado y el domingo que al llegar esa noche hace viento y frío, y al terminar nos vamos todos acostar calidos tras ese viento y ese frío.

Y en esa procesión vienen a La Verdellada todos los que se casaron y se marcharon del barrio, el que vino a La Verdellada nunca se va, y que se fue vuelve siempre.

También hace unos años vinieron a este barrio muchos vecinos nuevos, que pudieron comprar un piso u obtener otros como viviendas sociales en la finca que yo conocí como de los Hermanos de La Salle. Fueron casas que se empezaron a proyectar muchos años atrás, recuerdo participar en la inauguración del colegio La Salle como concejal y aventurar un futuro para la zona que fue más prospero de lo esperado.

Pero cuando al final se hizo esta urbanización, yo nunca pensé que la integración de todas estas personas en un barrio familiar como era este, fuera tan grande como ha sido. Ni han sido los nuevos ni los viejos en castas, sino que se han integrado en una sola familia, y por eso es que La Verdellada tiene presente y mucho futuro.

Aquí los niños y las niñas han aprendido a saber que estando organizados se está mejor; existe esta Escuela de Idiomas, pero más importante es que aquí existe un concepto de unión, de mejor hacer las cosas juntos, que no existe en todos los barrios y eso es lo que hace grande a La Verdellada.

Hoy nosotros vemos que la democracia esta pasando por momentos difíciles, porque vemos noticias todos los días que nos van demostrando que hay cosas y personas con cargos y responsabilidades públicas y privadas que no lo hacen bien. Pero tenemos que reflexionar una cosa, y es que nunca tenemos que pensar que la culpa es del sistema de la democracia, porque la culpa del que se porta mal, la tiene que pagar el que se porta mal y no el que sufre las consecuencias.

¿Porque digo que esto no es culpa de la democracia?, porque no es una casualidad que antes de la democracia todo esto no existiera, sino que todo lo que se ha creado aquí de derechos y libertades de las personas fue después de 1975. Hoy vemos como los niños participan y se organizan en libertad y lo vemos normal, pero no es normal porque eso antes no existía. Y esa democracia se construye en la casa de cada uno, en el barrio, en la sociedad, en las fiestas de cada barrio, y eso es lo que va sumando en la autoestima de un pueblo.

Seguramente que las personas que llegaron aquí hace más de medio siglo ya, y que construyeron sus casas en la precariedad, con unos accesos pobres y difíciles, en unos años que no fueron nada fáciles; Esos son la base de las personas que han construido este barrio, son el origen de todo lo demás puesto que sus herederos han sido los que han construido la convivencia que les identifica. Estoy seguro que hoy los que ya no viven estarían orgullosos de todos ustedes por el barrio ejemplar que han logrado.

Por todo ello quiero manifestar que ha sido para mi un honor estar hoy aquí de pregonero, pero más ha sido un honor que ustedes existan, porque aprendí mucho de ustedes cuando tuve el honor de ser concejal de zona de este barrio. Solo fueron dos años y nunca más lo volví a intentar, me dedique en la vida a otras cosas en defensa de esta tierra, con un compromiso con la tierra en la que vivimos.

Todos tenemos un compromiso con algo, vivimos en una sociedad donde todos van a lo suyo, menos yo, que voy a lo mío; y por eso soy diferente. En un mundo así todos tenemos que pararnos a pensar un poco, todos no podemos ser alcaldes y concejales, pero todos tenemos que ser algo y cada uno tiene que poner su granito de arena. Igual que no todo el mundo tiene que ser ganadero o agricultor.

Los ganaderos no necesitamos que todos tengan una vaca en su casa, los ganaderos lo que necesitamos es que todo el mundo tenga en cuenta a la gente que tiene vacas o cabras, lo que necesitamos es el respeto de todas las personas a una actividad que lo que hace es producir alimentos para los demás. Lo único que hacemos los agricultores y ganaderos de estas islas es producir alimentos para todos los demás. Cuando consumimos alimentos que no producimos donde vivimos, significa que son alimentos que tenemos que comprar fuera, con los costes y agravios que ello significa para nuestra tierra.

Por ello mi actividad no considero que sea mejor o peor que la de otra persona, pero yo me siento honrado de hacerla, porque seguramente por ejemplo en La Verdellada nunca ha venido un ganadero hacer de pregonero. Pero en La Verdellada si han vivido ganaderos, yo recuerdo ver las vacas de Pepe pastando en el solar frente al bar de Rosendo, y estaban integradas en el barrio tanto que la gente conocía a las vacas de Pepe hasta por su nombre.

Y recuerdo también cuando se hacían los arrastres de las fiestas en las fincas de aquí, y me gustaría que algún día se vuelva a organizar alguno, si no una exhibición de la liga infantil de arrastre, sino el próximo año en un futuro no muy lejano. La Verdellada tiene nombre de campo, porque el campo, la agricultura y la ganadería fue su madre.

Si a nosotros nos pregunta alguien que trabajo hemos conseguido los ganaderos en todos estos años, les diría que el mayor logro es que la gente nos vea como normales, que nuestra actividad es una actividad digna y necesaria no para los que la ejercemos sino para todos porque producimos los alimentos que comemos. Todo lo que comemos sale del mar y de la tierra, y todos comemos tres veces al día y algunos cuatro.

Me gustaría que todos los Verdeños recordaran este día no como una exposición pesada, sino como una alocución sincera y emotiva de alguien que sin traer el pregón escrito -me siento incapaz de leer todo esto escrito, porque me gusta decirlo como lo pienso-, les ha contado algo que les gustó.

Les deseo a los mayores y a los que no lo son también, que sean felices, y que continúen siendo como han sido en La Verdellada, desarrollando una labor donde sigan siendo los protagonistas de la participación ciudadana, de la libertad y de la democracia.

Felices fiestas a todos, que viva La Verdellada y que viva la Virgen de Lourdes.



 
Escuela Oficial de Idiomas de La Laguna,
en La Verdellada a martes 23 de julio de 2013.



 

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