lunes, 4 de mayo de 2020

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La Cruz de Piedra amanece otro 3 de mayo con sus tradicionales flores blancas

Desde 2008 el Ayuntamiento de La Laguna se encarga de engalanar cada 3 de mayo la cruz más antigua y famosa de la ciudad, situada en la glorieta del mismo nombre en Barrio Nuevo.


La primera reseña histórica que existe de la Cruz de Piedra, data de 1560, cuando fue encargada su obra por el cabildo, para significar la bendición de la tierra en la que se libró la batalla de La Laguna, previa a la conquista de Tenerife. Con esta motivación el humilladero ha servido durante siglos para reavivar el recuerdo de la lúgubre y definitiva batalla que enfrentó a guanches y españoles, en uno de los últimos capítulos sangrientos de la conquista de la isla.

Fue posiblemente este el motivo por el cual fuera colocada 6 años después de su construcción en la zona de el "tanque abajo", en la entonces entrada principal de "la villa" desde el camino real que la unía con el muelle de Santa Cruz, desde dónde se divisaba todas las tierras que fueron testigos de tan sangrienta batalla algo menos de un siglo atrás. La cruz fue colocada inicialmente dónde hoy se encuentra el monumento de la Milagrosa, en la plaza de San Cristóbal, tal y como descubrió el historiador Alejandro Cioranescu, en sus estudios a los textos originales de Antonio de Viana.

En esos textos también se recoge que el humilladero fue desplazado más abajo "pasados varios años", más cerca del lugar dónde se libró la batalla para bendecir sus tierras, como consecuencia de crecientes leyendas espectrales de las que fueron testigos usuarios del camino real. Así la cruz aparece en el famoso plano cartográfico de Leonardo Torriani, sobre 1589, unos cien metros más arriba del lugar que ocupa actualmente, aproximadamente donde hoy está la gasolinera al inicio de la avenida que ahora también lleva el nombre del famoso ingeniero italiano. 


Allí estuvo hasta que en 1697, un huracán deterioró el monumento, que se intuye estaba construido con débil toba roja (similar a las piezas que aun conserva en su base), lo que llevó al Cabildo a rehacerla en robusto "basalto de cantería azul", y desplazarla a una zona más azocada, junto a una pequeña construcción de registros, que existía unos 20 metros más al norte del lugar que ocupa en la actualidad. En ese solitario lugar fue dónde más tiempo se conservó y ubicó la cruz, casi en el olvido de tres siglos, hasta la gran expansión que vivió la ciudad a mediados del siglo XX hacia esta zona de Barrio Nuevo.


Fue en torno a 1948, cuando como consecuencia del gran proyecto de urbanización impulsado por el mando económico franquista, con motivo de las obras de construcción e inauguración del edificio central de la Universidad de La Laguna, la cruz volvió a ser considerada y recuperar el protagonismo de antaño. Con estas importantes actuaciones urbanísticas, la cruz fue trasladada y colocada en el lugar actual, presidiendo una rotonda inaugurada en 1951, en la entonces principal vía de acceso a la ciudad desde Santa Cruz de Tenerife.



Desde aquel momento la Cruz de Piedra no se ha vuelto a mover de su lugar, pese haberse reurbanizado la zona varias veces desde 1951, como fue a finales de los años 60 con la apertura de la Avenida Lora y Tamayo; en 1992 con las obras de la primera fase de la avenida Los Menceyes; o en 2005 con la reconfiguración que vivió la zona con la puesta en marcha del tranvía de Tenerife. Fue esta última gran obra la que permitió alejarla unos metros del alcance del intenso tráfico que soporta esta importante vía de acceso a la ciudad, en aras de su mejor conservación. 

La Cruz de Piedra que resistió durante siglos al mal tiempo, varios huracanes y terremotos, la guerra civil, e incluso al peor de los olvidos, no pudo con el vandalismo de una mal recordada noche de Halloween de 2007, cuando unos alumnos extranjeros de programas Erasmus de Universidad de La Laguna, atentaron contra el monumento mutilándolo hasta el punto de derribarlo. La noticia causó gran consternación en la ciudad, cuya entonces alcaldesa Ana Oramas, dio orden de investigación, y posterior y urgente restauración, que coordinó el aparejador ya fallecido Adrián Alemán, entonces insigne asesor del PEP (Plan Especial de Protección del patrimonio de La Laguna).


Fue precisamente tras este suceso, cuando el ayuntamiento se hizo cargo de asumir, desde entonces, la decoración de la Cruz de Piedra el día de su festividad cada 3 de mayo, siendo la decoración de 2009 una de las más vistosas de su historia. Desde entonces la Cruz de Piedra no ha dejado de florecer cada 3 de mayo, que ya ha tomado casi como tradición que se usen siempre flores blancas en su enrame, como sucedió este 2020 tal y como anunció el alcalde en sus redes sociales, dónde el blanco de sus flores fue quizás, lo más destacado de la austera y sencilla decoración contratada por el consistorio para la más antigua e importante cruz de la ciudad.





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