La Asociación Juvenil de La Verdellada resiste con heroicidad al desapego juvenil por el concepto de barrio tradicional, y al natural trasvase generacional de 30 años de vida. Ninguna otra asociación juvenil de las contemporáneas de Ajuve a inicios de los noventa sigue activa en La Laguna.
Una de las imágenes más antiguas que se conservan de los inicios de Ajuve. |
El logo conmemorativo del 30 aniversario de Ajuve hace un guiño a sus orígenes infantiles. |
Ajuve nació el 18 de marzo de 1990, fruto de la unión de otros dos grupos juveniles que existían en La Verdellada rural de hace apenas 30 años, tres décadas en las que el colectivo juvenil ha sido testigo y participe de la etapa de mayor progreso, transformación urbana y social de la historia de La Verdellada. El próximo mes de marzo los jóvenes verdeños de unas cuantas generaciones, soplarán las 30 velas del colectivo del que se sirvieron en su infancia y juventud, para vivir, ver, entender y disfrutar de su barrio, de una manera activa y participativa como pocos barrios han logrado aunar.
Ajuve ha sido testigo y superado momentos críticos, momentos de abundancia de recursos, y momentos de dramáticos recortes, a 6 alcaldes, cuatro etapas políticas, tres épocas de transformación social de La Verdellada, y sigue viva, y en ocasiones con mucha heroicidad, porque no es fácil sobrevivir al peor veneno al que se puede enfrentar una asociación juvenil de barrio; Su propio barrio y el relevo generacional. No ha sido fácil llegar a los 30, ni lo será seguir vivos ante tantos cambios en una sociedad, cada vez más alejada del contacto humano y directo en la plaza del barrio, en las fiestas, en las reuniones y actividades, y más implicadas en la era digital, impersonal y de plasma que vivimos.
El próximo mes de marzo Ajuve celebrará su cumpleaños, el logro de seguir vivos, y con el futuro en manos de los jóvenes verdeños, que vagan entre la indiferencia y la implicación, en un momento dónde la administración municipal ha olvidado por completo al asociacionismo juvenil activo con identidad de zona. Y no hablamos en exclusiva del nuevo gobierno municipal, sino también del anterior, y es que desde hace ya varios años no ha habido una concejalía de juventud que entienda, apoye y apueste por el modelo de colectivos juveniles que formaron identidad de zona, desarrollo comunitario desde abajo, y que sumaron fuerzas para un modelo de barrio para la convivencia entre generaciones como ha hecho durante 30 años la Asociación Juvenil Ajuve.
La actual presidenta en funciones de Ajuve, María Rodríguez, se mantiene en el cargo pendiente de la llegada de ese relevo que pide y necesita el colectivo, y lo hace por la responsabilidad que aprendió de sus antecesores, aunque afirma con frecuencia que no es fácil. Muchas veces tiene que luchar con la falta de recursos, y la indiferencia de los jóvenes a lo que atañe a su barrio. Las fiestas del barrio y los carnavales se han convertido en los eventos que logran revitalizar cada cierto tiempo el grupo, pero no es suficiente, porque la falta de talleres, cursos, y actividades socioculturales o deportivas fuera de los programas festivos, ha contribuido a la relentización del pulso.
Ajuve llegó a ser a finales de los 90 e inicios de los 2000, la asociación juvenil de barrio con más socios de toda Canarias, alcanzó la mágica cifra de 2.000 asociados. Eran los años dorados de mayor crecimiento y lucha por los equipamientos que tiene hoy La Verdellada. Ajuve fue gestionada por generaciones 100% implicadas en el futuro del barrio, no había nada y se logró todo lo que hay hoy. Hoy hay de todo y no valoran nada. Las nuevas generaciones lo han recibido todo hecho, no les costó nada, y las nuevas tecnologías les han sacado de las plazas, del barrio, para enclaustrarlos en casa como auténticos zombis.
Ajuve inicia el año de su 30 cumpleaños con el mayor de todos sus retos: morir o revivir... y absolutamente todo en ese reto depende de sus dueños, los jóvenes de La Verdellada. Serán ellos los que en los próximos meses decidan lo que quieren, el Ajuve que quieren, el barrio que quieren tener. Desde su primer presidente, Fory Peña, hasta la última, María Rodríguez, el relevo generacional siempre fue la constante vital del grupo, ahí están los nombres de jóvenes que se comprometieron y asumieron la bandera en su etapa; y tras Fory llegó Jonathan, luego Fernando, David, Alexandro, Cristo, Carlos Raúl, Nauzet y María.
Cada uno aportó su parte, y entre todos hicieron Ajuve grande, tanto que ya empieza a lucir las canas de los 30, de la responsabilidad de un proyecto único, por eso vamos a terminar este artículo con una frase de un presidente que ahora más que nunca se hace actualidad: Jonathan Domínguez dijo en el 99, antes de dejar su cargo para asumir la presidencia de Los Verdeños, que "Ajuve se tiene que adaptar a los cambios, y trabajar con el que gobierna en beneficio del barrio, y si el que gobierna no colabora, sólo queda la revolución". Curiosamente en aquel tiempo hubo cambio de ciclo municipal y en el barrio, como ahora, y entonces Ajuve supo ganar con quien gobernaba, y es eso mismo lo que toca. Pero por lo pronto, el 18 de marzo, lo que toca es soplar las velas.
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