jueves, 23 de enero de 2020

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La Verdellada se despide de su "presidenta de honor" Matilde Figueroa Rodríguez

Este pasado martes 21 de enero fallecía, tras sufrir una dura enfermedad, la “Alma Mater” de la Federación de Asociaciones de La Verdellada, Matilde Figueroa Rodríguez.

La veterana dirigente vecinal fue presidenta de las mujeres verdeñas durante 15 años, fundadora de Unión Verdeña asumió su presidencia en varios periodos, y tras su retirada fue nombrada presidenta de honor el pasado mes de junio.




Hablar de Matilde Felisa Figueroa Rodríguez en La Verdellada, es hablar de una mujer comprometida, noble, leal, madre y esposa ejemplar. Hablar de Matilde es hablar de la Federación Unión Verdeña, un proyecto que presidió en varios periodos, y del que también fue Coordinadora General, ya no sólo por su impresionante compromiso con el barrio de La Verdellada, sino también por su don para coser toda rotura que por división se produjera en el equipo. En el barrio todos saben que Jonathan fue el cerebro que ideó y creó la Unión Verdeña, para unir y aglutinar fuerzas en La Verdellada y con ello lograr el reconocido progreso del barrio de los últimos 20 años, pero en ese equipo fundacional, sin lugar a dudas, Matilde era el corazón que hizo latir a la federación.

Matilde Figueroa se sumó al proyecto de Los Verdeños en 1995, colaborando con las actividades que se organizaban para los pequeños del barrio por Ajuve, colectivo del que formaban parte activa sus hijos mayores Oliver y Adrián, y la entonces aun bebé María Jesús. Un año después, fue su marido Hilario Rodríguez Álvarez, quien se suma al proyecto participando en la comisión de fiestas patronales de 1996, cuando aún funcionaba de manera independiente a Los Verdeños. Tras esas tomas de contacto, Hilario se integró en 1997 en la Junta Directiva de Los Verdeños, y Matilde participa en la fundación de la Asociación de Mujeres y Amas de Casa “Nuestra Señora de Lourdes”, que nació en enero de 1998. En septiembre de ese mismo año asumió la vicepresidenta de la asociación, formando desde entonces un tándem inseparable con Mercedes Roger que se mantuvo hasta el final.

La integración del matrimonio en el movimiento vecinal fue muy activa, tanto que ambos, junto a Jonathan ya como presidente de Los Verdeños, Fernando Hernández en Ajuve, y Angelito Figueroa (Padre de Matilde) en la asociación de mayores, fundaron en el año 2000 la Federación de Asociaciones de La Verdellada “Unión Verdeña”. El gran proyecto de unidad vecinal, fundado sobre un pacto social de convivencia ciudadana, pacífica y productiva entre generaciones, con una base clara de defensa del concepto de barrio tradicional, familiar y progresista para La Verdellada.

A partir de ese momento, Matilde Figueroa se convirtió en el corazón de la unión, la mujer conciliadora, trabajadora e implicada, lo que le valió pasa asumir en 6 ocasiones la presidenta de turno de la federación, y que, en 2004, fuera elegida presidenta de la asociación de mujeres y amas de casa, que desde entonces se denomina Asociación de Mujeres Lourdes. Este cargo lo ostentó y mantuvo tras ganar elección tras elección, hasta el pasado mes de junio de 2019, momento en el que decidió retirarse ante la imposibilidad de seguir ejerciendo su cargo por el empeoramiento de la ELA que tristemente le diagnosticaron en 2017, y que finalmente terminó con su vida el pasado 21 de enero.

Pero Matilde no era una mujer de mucho protagonismo, ella era una mujer muy humilde que siempre evitaba estar en primera línea; ella era de trabajar duro detrás, de organizar, de generar y fomentar la unión, de resolver conflictos, y sobre todo, de disfrutar ayudando a los demás. Estas cualidades le valieron ser elegida por unanimidad, para asumir el cargo de mayor responsabilidad y poder en el movimiento vecinal de La Verdellada, que, aunque no lo parezca es el de Coordinadora General de la Federación Unión Verdeña, en sustitución de Jonathan Domínguez, tras su marcha al ayuntamiento en 2007.

En esa importante responsabilidad, Matilde tuvo que enhebrar los apoyos necesarios dentro de las asociaciones para el despegue de Moisés Afonso como presidente de Los Verdeños (tras la marcha de Domínguez), además de coordinar las actividades para mujeres, mayores, jóvenes y vecinos del Centro Ciudadano de La Verdellada, durante esa transición generacional vivida hace algo más de una década en las asociaciones del barrio. Matilde en estos años se mostró estoica, leal y comprometida, sacrificándose sin descanso y compartiendo su tiempo entre todas las responsabilidades que tenía, ya no sólo en el barrio sino también en su familia.

Durante más de dos décadas, Matilde participó en todas las comisiones de las fiestas patronales de la Virgen de Lourdes, imagen de la que era muy devota, comisiones en las que ocupó la vicepresidencia hasta en 12 ocasiones. Pero ella también participó en la comisión del carnaval, etapas de las que "son leyenda" aquellas familiares e infinitas noches de trabajo en grupo, cosiendo y trabajando disfraces de reina, o para los niños del barrio que participaban en aquellas multitudinarias aperturas de galas. El objetivo siempre era que ningún niño dejara de participar por falta de disfraz, y siempre se logró cumplirlo.  

Anécdotas de su trabajo miles y miles, trabajar en grupo y en equipo lo llevaba en el alma, preparativos del tenderete del día de Canarias, noches frías laguneras elaborando las alfombras verdeñas del Corpus Christi, talleres para engalanar las cruces del barrio, o la organización de excursiones todos los meses, para que los mayores conocieran la isla y disfrutaran de manera activa su vejez.

Matilde era incombustible, su amor por el barrio, y por las asociaciones, hizo que hasta el último momento quisiera mantenerse activa, ayudando, gestionando, e incluso ya desde su cama en el punto más complicado de su enfermedad, seguía gestionando las listas del programa “Mujeres a la Playa”, o difundía o proponía los cursos que había que programar en el centro ciudadano, que lo vivía como su segunda casa.

Por todo ello el movimiento vecinal de La Verdellada está de luto oficial, tras el fallecimiento de una de sus pilares, Matilde Felisa Figueroa Rodríguez. Su figura e historia será irrepetible, la gente la adoraba por su bondad, por el cariño con el que trataba a todo el mundo, por su honesta forma de entender el movimiento vecinal. Su funeral este pasado miércoles 22 de enero fue multitudinario, la presidenta de honor de las mujeres de La Verdellada, y de la Federación Unión Verdeña fue despedida como merecía, porque ante todo fue una mujer ejemplar, y aunque suene a tópico; buena persona.

Sirva este artículo para homenajear su trayectoria en el movimiento vecinal de La Verdellada, y como muestra de respeto y cariño a toda su familia, pero en especial a su marido Hilario, a sus hijos Adrián, Oliver y María (Presidenta de Ajuve y directora de nuestra revista), y a sus hermanos, entre ellos a Sandra Figueroa, ex directora de El Verdeño. Una familia siempre implicada en el movimiento vecinal de La Verdellada, que se tiene que sentir orgullosa de la huella dejada en todos por Matilde.

Desde el corazón de La Verdellada; Descansa en Paz Matilde.




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