Pregón de las Fiestas Patronales de La Verdellada en honor de Nuestra Señora la Virgen de Lourdes 2014
Don Carlos Alonso Rodríguez
PRESIDENTE DEL CABILDO INSULAR DE TENERIFE
Buenas noches queridos vecinos y amigos
todos.
Es para mí un inmenso honor estar hoy aquí con ustedes para ejercer de pregonero de estas
entrañables “Fiestas de La Verdellada ”;
celebraciones que como dice –y presume de ello- el alcalde Fernando Clavijo,
son una auténtica maravilla de organización y participación vecinal.
Siempre he defendido la idea de que la lectura de un pregón debe
ser un momento de reflexión serena; reflexión sobre lo que hemos sido y lo que anhelamos ser
en el futuro. Cuando me invitan a compartir pregones dedico parte de mi tiempo durante las semanas previas a su lectura, a indagar sobre la historia del lugar, lo que me posibilita, después de organizar los
apuntes, entablar un diálogo que intento sea de futuro, de compromiso y por
supuesto de esperanza. Los que estamos actualmente en puestos de
responsabilidad tenemos la obligación de resolver
los problemas y generar esperanza;
en caso contrario deberíamos dedicarnos a otros menesteres.
Historia
Este
barrio descansa sobre tierras en las que se amontonan numerosas historias
tinerfeñas, todas ellas de singular importancia; tiempos de conquista, tiempos
de fundaciones y tiempos de esfuerzos vecinales para sobrevivir y salir adelante. En estas
inmediaciones lucharon castellanos y guanches
dirimiendo el futuro de la
Isla en la cruenta batalla de Aguere. Aquí cerca, en el
barranco de “Araguy”, del que hablaré más adelante, atesoramos y conservamos vestigios
que simulan una auténtica máquina del
tiempo y que nos cuenta, si miramos
detenidamente, las formas y maneras que
tenían nuestros antepasados para producir y aprovechar la energía que el mismo
barranco proporcionaba; molinos de agua, hornos de cal, lavaderos y también,
acercándome al territorio de la leyenda,
encontramos “corazones partidos”
En su etapa infantil, si me permiten el
símil, La Laguna aprovechaba el cauce
del barranco para producir energía. Hoy, en su madurez como ciudad, este
recurso podría ser utilizado inteligentemente para enseñar, para mirar y
aprender y por su puesto para disfrutar del presente y del pasado.
En estas tierras de La Verdellada se plantó
caña de azúcar bien temprano, a principios del siglo XVI ya se podían ver por
aquí cañaverales. El niño Jusephe de Anchieta, nuestro orgulloso santo
lagunero, se entretuvo jugando entre las cañas, y cuentan que incluso aprovechó
una de notable y bella factura para
utilizarla a modo de bastón que le
ayudaría a caminar por esa vida llena y plena que le tocó vivir.
Esta tierra fértil también amamantó viñedos de importancia y notable belleza que
fueron orgullo de la familia Nava y Grimón. De estos viñedos, concretamente de
su semilla “verdello” surgió el topónimo
que señala y denomina hoy a nuestro entrañable
barrio de “La Verdellada ”.
En los viejos papeles que custodia el archivo histórico del ayuntamiento de La Laguna se puede leer en las cajas que albergan la documentación
del siglo XVIII el “Pago de La
Vedellada ” donde se ubicaban, como hemos indicado, las fincas
de viñas de la notable familia Nava y
Grimón.
Dónde podemos pues ubicar el inicio
histórico de este enclave humano, de este barrio lagunero, que como afirma orgullosamente
Jonathan Domínguez: “La Verdellada es un barrio
disfrazado de ciudad, pero con alma de pueblo”.
Creo que la respuesta la podemos encontrar en un personaje singular, en una buena persona
como fue Felix Pérez Linares, el último
propietario de los terrenos donde se levantó a mediados del siglo pasado el
casco viejo del barrio de La Verdellada. Este buen hombre es el responsable de la
venta, a módico y justo precio, de las pequeñas
parcelas que los vecinos aprovecharon para echar raíces en lo que hoy es la Verdellada , y que con no poco esfuerzo y sacrificio
cimentaron sus sueños aquí. Sueños que cristalizaron en feliz realidad ya que hoy
estamos reunidos aquí, vecinos y
forasteros, celebrando el inicio de las
fiestas de nuestro barrio. Por consiguiente, podemos afirmar que La Verdellada descansa en buena medida en el trabajo
colectivo, en la organización y cooperación vecinal que se remonta a los años
cincuenta del siglo veinte. Ese espíritu
colectivo permanece vivo y creo que no me equivoco si digo que ese legado
espiritual es un bien que debe ser mimado
y protegido por todos nosotros como el legado más hermoso que nos dejaron los
primeros vecinos de La
Verdellada ; el trabajo en equipo y el diálogo conciliador que
busca soluciones para la mayoría.
Los vecinos y sus sueños
Esta característica por fortuna se mantiene en tiempos como los actuales, de feroz individualismo, y los vecinos de La Verdellada son ejemplo
y modelo para muchos colectivos vecinales, que dicho sea de paso los observan
con sana envidia. Esta feliz particularidad que han forjado los vecinos de La Verdellada , ha
consolidado un colectivo humano muy fuerte, muy solidario
y desde luego cualquier observador puede darse cuenta de que la unidad vecinal
que destila La Verdellada
alcanza y logra objetivos y resultados que a la vista están. Los vecinos que
conocen la historia de La
Verdellada y pueden hacer una lectura de su biografía como
barrio saben que el poder y la
influencia de La Vedellada
descansa
y se apoya en sus vecinos y (desde luego) en su espíritu familiar y solidario.
La Verdellada era un barrio agrario,
agrícola y ganadero como todavía pueden atestiguar sus vecinos de mayor edad;
hoy es la fachada sur de la ciudad de La Laguna. Pero las gentes de La Vedellada se resisten a
perder su historia. La valoración del pasado es el primer peldaño para
recuperar identidad y en este enclave tinerfeño sus vecinos quieren y desean
reunir los vestigios dispersos que se resisten a desaparecer y ponerlos en
valor para reconocerse en ellos. Esta iniciativa, la recuperación ambiental y
patrimonial del barranco de La
Verdellada , puede
convertirse en un hito en la historia
patrimonial de Tenerife y debe apoyarse desde las administraciones. Ya les
adelanto que el Cabildo estará muy atento
a este proyecto que recuperará un buen pedazo de la historia de La Laguna y por consiguiente
de Tenerife.
El trabajo de divulgación y concienciación
que se ha venido desarrollando desde la misma Asociación de Vecinos Los
Verdeños ha sido ejemplar. El proyecto
de recuperación ambiental del barranco de La Verdellada , si todo
sale como está previsto, se puede convertir en un estímulo muy interesante
desde el punto de vista cultural y económico para este barrio, ya que la importancia
de los valores naturales y patrimoniales que todavía esconde el barranco sólo
pueden ser calificados de extraordinarios.
Pero las gentes de La Verdellada tienen más
sueños y todos los sueños suelen ser legítimos. ¿Por qué no podemos soñar con
que un futuro proyecto de Plan de General de Ordenación recogiese el anhelo
vecinal de la unidad física del barrio soterrando la Vía de Ronda? Este sueño, además
de una importante mejora urbanística del barrio, despejaría una entrada y
salida moderna y segura para la ciudad de La Laguna. Lógicamente
tendría que ser un proyecto asociado a la propia vía de cornisa. Pero bueno,
los sueños, sueños son y la antesala de las realidades suelen estar al borde de
las ensoñaciones. Nuestra historia está llena de ensoñaciones que acabaron en
felices realidades.
Otro sueño que haría felices a muchos
vecinos es ver culminado el proyecto del “Parque de hierbas y plantas aromáticas
del doctor Antonio González”. Imaginemos toda La Verdellada al norte, en
la ladera sur de San Roque, podemos estar hablando del mayor parque urbano de La Laguna ; la calidad de vida
que otorgaría un espacio de este calibre; sueños en los que podemos trabajar
entre todos, aportando ilusiones y soluciones. Empeñándonos en la idea, más que
factible, que las situaciones se pueden mejorar desde el diálogo y la
comprensión de la realidad. Aspectos que las gentes de La Verdellada tienen claro
desde hace muchas décadas y quizás ahí esté la clave del éxito de La Verdellada.
La
Verdellada
Muchas
gracias por su atención.
Leído para la historia, por don Carlos Alonso Rodríguez en la Escuela Oficial de Idiomas de La Laguna, el martes 22 de julio a las 20,10 horas de la tarde.
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