jueves, 1 de abril de 2021

EDITORIAL

Tiempo de miseria en las calles de La Laguna

Nunca antes se vio una imagen tan triste de la necesidad humana como la que desde hace algo más de un mes se percibe en las calles de La Laguna y sus barrios periféricos, con decenas de jóvenes migrantes buscando comida en la basura.

 



La situación de la migración irregular en Canarias se ha desbordado, la falta de previsión de las autoridades competentes, y en parte su indiferencia e incompetencia de estos ante el problema ha derivado en su desbordamiento. El pasado verano de 2020, el alcalde socialista de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, ofreció de manera entusiasta, pero imprudente, nuestro municipio para la acogida de los migrantes que estaban llegando de manera descontrolada a las costas canarias, de hecho hizo un "mea culpa" en un reciente pleno municipal por ello.

La posición del alcalde en aquel momento fue tachada de oportunista por algunos, y de humana generosidad por otros, pero lo cierto es que, indistintamente de cual fuera su objetivo, aquel oportuno momento estrella que le garantizó foto y titular, fue aprovechado por los de su propio partido. Le cogieron por la palabra y nos han endosado en nuestro municipio los mayores campamentos de retención de inmigrantes de toda España, dónde están siendo retenidos la gran mayoría de los migrantes que llegan a toda Canarias.

El alcalde no fue consciente del problema que atrajo al municipio, hasta que los vecinos colindantes de los cuarteles elegidos como campamentos de retención, comenzaron a alarmarse por lo que vendría. En aquel momento, casi otoño de 2020, el ayuntamiento intentó sin éxito retrasar las obras que el Gobierno de España comenzaba a hacer en el cuartel de Las Raíces (Zona del camino La Mina), y de Las Canteras, con otro momento foto y titular concejal de Urbanismo en mano, poniendo un precinto que días posteriores se llevó el viento que con fuerza impuso el gobierno socialista nacional.

Y así las cosas en este húmedo y frio invierno comenzaron a trasladarse a miles de migrantes llegados a Canarias, de los hoteles en los que fueron alojados en Gran Canaria y Tenerife, hasta los cuarteles laguneros, no sin incidentes, revueltas, manifestaciones y protestas de los, no olvidemos, seres humanos, que allí han sido retenidos, encarcelados en Canarias, dónde no se quieren quedar.

En aplicación de la Ley, los migrantes no pueden ser retenidos contra su voluntad pasados tres días desde su llegada, por lo que pueden moverse en teoría por todo el territorio nacional. Y decimos en teoría, porque la marranada que les ha hecho el gobierno de izquierda, es encarcelarlos en Canarias para que el problema político no se les extienda por el resto del país. 

No hay norma Europea alguna que les impida moverse por el país de llegada, aquí los migrantes están retenidos, pero se pueden mover sin problemas por la isla. El gobierno de España es 100% responsable, primero por no cuidar de manera diligente sus fronteras, segundo por no aplicar de manera correcta los procedimientos de concesión de asilos o ejecución de repatriaciones, y tercero por gestionar la acogida de esta forma tan desastrosa.

La foto ha pasado el miedo de la población local, a la tristeza, puesto lo que se empieza a percibir en nuestras calles son personas viviendo una miseria humana de la que nuestros gobernantes son cómplices. La imagen de un tiempo de miseria que deja a nuestro pueblo solidario entristecido, que ve a diario en nuestras calles a cientos de migrantes pidiendo limosna, deambulando sin rumbo perdidos por nuestros barrios, dónde algunos están durmiendo bajo puentes y jardines, o buscando comida entre los contenedores de basura, como los hemos visto estos días en las calles de Barrio Nuevo y La Verdellada.

Estos seres humanos, no quieren quedarse en Canarias, están migrando de África a la Europa continental. Se mueven huyendo de guerras y hambruna en el continente africano, muchas de estas guerras provocadas por gobiernos corruptos o dictadores con los que Europa hace negocios, “acuerdos” con los que esquilma sus recursos naturales.

Esta realidad es la misma que lleva sucediendo dos décadas, pero no hay que ir tan atrás para ver la hipocresía de nuestro gobierno, puesto fue hace apenas tres años cuándo los que hoy gobiernan (Psoe y Podemos) estaban en la oposición, pusieron el grito en el cielo cuando Italia bloqueó la ruta de migración por su territorio y creo un tapón en Lampedusa, que fue calificado como política “Nazi”, “Campos fascistas de concentración por su color de piel”, por quienes hoy en España hacen lo mismo, pero encerrándolos en La Laguna.

Aquellos que dan lecciones de moral, siempre terminan siendo víctimas de su propia hipocresía. Han tenido suerte, Canarias, Tenerife, La Laguna o nuestros barrios no destacan por ser racistas o xenófobos, y la solidaridad de la gente ha sido infinitamente mayor que las voces casposas ajenas al sufrimiento humano que esta realidad representa. Pero no confundan esa altura de miras de nuestro pueblo con la ceguera de no ver, que los que se llenaban la boca hablando de la humanidad, ahora al calor del poder, actúan como auténticos hipócritas armados de pistolas de publicidad y propaganda para diluir su falta de capacidad, de proyecto, de gestión y de vergüenza.

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