sábado, 18 de junio de 2011

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La Verdellada huele a Retamas

La estación manda y como es tradición, las retamas del viejo Camino Real de La Verdellada lucen sus últimos días de flores, pero sus olores perfuman insistentemente la memoria rural del pasado campesino Verdeño.









Como todos los años por estas fechas, fiel al ocaso de la primavera y al alba de un nuevo verano, la naturaleza nos regala otra de esas estampas tan bellas y rurales, así como poco comunes en las zonas urbanas consolidadas, pero que en La Verdellada aún se conserva con una vitalidad extrema, como es la explosión de olor y color de las retamas en flor. Este año, quizás por el lluvioso invierno que tuvimos, el espectáculo de las retamas en flor en el Camino Real de La Verdellada ha sido simplemente espectacular.
Antaño toda la orilla del barranco, y en muchas viejas paredes de piedra de los límites de las huertas de esta zona de La Laguna, habían muchas retamas blancas y amarillas, como bien recuerdan los más viejos del lugar; pero con el paso de los años y el crecimiento urbano, tan sólo a los bordes del antiguo camino real de La Verdellada y de su barranco, se conserva una vistosa representación de esta planta tan típica de nuestra tierra.
El fuerte olor dulzón que desprenden las vistosas flores amarillas de estas retamas, impregna desde mediados de mayo toda la zona próxima al Camino Real de La Verdellada, que en su tramo comprendido entre la entrada del Seminario y la Casa del Barco, aún conserva gran cantidad de matas de estas retamas, que este año han explotado en flores como hacía muchos años que no sucedía. Con la llegada del verano este espectáculo dará paso a las flores de los higos picos, luego los jaboneros y las hidras, los almendros en invierno, para así La Verdellada estar siempre viva, y como dice una copla popular: “llena de flores”.  

1 comentario:

Una verdeña dijo...

"Cuando termine la noche es el amanecer de color de primavera lo que está por venir"

Pongo una flor más entre nuestras flores, toda ella bondad y esperanza, este pensamiento de José Saramago, cumplido el primer aniversario de su muerte. Tantas flores nos dejó...

Tiene nuestro barrio ese amanecer de color de primavera, y "con la llegada del verano este espectáculo dará paso a las flores de los higos picos, luego los jaboneros y las hidras, los almendros en invierno, para así La Verdellada estar siempre viva, y como dice una copla popular: "llena de flores".


PD: "Mas nao subiu para as estrelas, se à terra pertencia". José Saramago ("Pero no subió a las estrellas, si a la tierra pertenecía"). Epitafio grabado en mármol al pie de un olivo centenario, en cuyas raíces, en Lisboa, reposan ya las cenizas del autor.