La Verdellada plantea un debate sosegado para reducir el impacto de los fuegos artificiales en las fiestas del barrio
En las últimas fiestas patronales, tanto en La Verdellada como en Barrio Nuevo, se han producido intensos debates sobre el impacto negativo de estas tradiciones en animales, mayores y personas enfermas o vulnerables.
La sensibilización de la ciudadanía sobre el impacto de las exhibiciones de fuegos artificiales en las fiestas de los barrios y pueblos, es cada vez más intenso y visceral, lo que provoca un enfrentamiento poco o nada beneficioso para llegar a un encuentro que permita regular este tipo de espectáculos, manteniendo la tradición, con una mínima incidencia o perjuicio a terceros en situación vulnerable.
En La Verdellada, este verano se produjeron diversos encontronazos y debates, en algunos casos muy críticos, por las exhibiciones de fuegos artificiales durante las celebraciones patronales del barrio. En concreto hubo quejas por la recuperación de la quema de voladores diarios, en las galas, y los tradicionales del primer domingo de agosto.
En 2018 la organización de la fiesta, en consenso con el concejal de zona y de seguridad de entonces, Jonathan Domínguez, llegaron al compromiso de reducir a la mínima la cantidad y días autorizados para la quema de fuegos durante las fiestas. Entonces se decidió que todos los fuegos se concentraría en la víspera, día en la que se celebra la Bajada del Diablo, y el primer domingo de agosto, día de la patrona en la que se celebra la exhibición principal de las fiestas.
En ese acuerdo, que fue ampliamente aplaudido, se decidió eliminar todos los voladores diarios previos al inicio de cada acto, unos diez días consecutivos, y los fuegos de las galas. Este año, desde el ayuntamiento no se dio ninguna indicación al respecto a la nueva comisión de fiestas, que tampoco tenía datos del acuerdo de 2018, por lo que se volvió al formato anterior, lo que generó un cumulo de quejas que provocaría un malestar importante tras la finalización de la procesión del primer domingo de agosto.
La presidenta de la asociación de vecinos, María Rodríguez, pidió disculpas por las molestias, y se comprometió a buscar un conceso necesario para definir cómo, cuándo y dónde se mantiene y, o eliminan los fuegos artificiales que promueve la comisión, una intervencion que fue ampliamente felicitada. No obstante, la presidente aclaró, que desde la organización no hay como controlar los fuegos de las promesas que queman los vecinos desde sus casas el primer domingo de agosto, que dicho sea de paso, este año, tras tres años de espera, fueron muchísimos más de lo habitual.
Pero después de la experiencia verdeña de agosto, en Barrio Nuevo se repitió la polémica el tercer domingo de octubre, con la exhibición pirotécnica de sus fiestas patronales, desde el polideportivo David Reyes, y es que tras anunciarse públicamente que los fuegos serían de bajo impacto sonoro, la realidad fue bien distinta, dado que la empresa pirotécnica no escatimo en la quema de carcasas de gran impacto visual y sonoro, dejando entre dicho la buena voluntad mostrada por la comisión de fiestas.
Es evidente que se trata de un problema cuya solución debe salir de un conceso generalizado, de una concienciación general, y de un compromiso de las partes. Es difícil decidir de la noche a la mañana la prohibición de los fuegos artificiales en las fiestas, cuando son una tradición muy arraigada en nuestra cultura, pero también es cierto que dicha tradición debe regularse y de alguna manera procurar no generar molestias innecesarias a personas y animales.
Puestos en contacto con el ayuntamiento, descartaron participar en este artículo con alguna opinión al respecto. Quien si lo hizo fue el impulsor de la propuesta que terminó con reducción pirotécnica de La Verdellada en 2018, el concejal de Coalición Canaria Jonathan Domínguez, quien abogó por "el impulso de un debate sosegado que promueva un acuerdo sólido que regule el uso de la pirotécnica en nuestro municipio".
Domínguez dijo que "las tradicionales exhibiciones de fuegos artificiales en nuestras fiestas son las que son, y no se trata de acabar con ellas ni de prohibirlas, se trata de ver las diferentes fórmulas que permitan mitigar los efectos negativos que tiene sobre la salud de animales y personas vulnerables".
"Y se pueden hacer muchas cosas, como son la regulación de los horarios, la concentración del tiempo de duración, la regulación de los lugares en los que se disparan los fuegos, y el control de la carga explosiva, y con ello su impacto sonoro", añadió Domínguez. "No es lo mismo una caja china, con bajo impacto sonoro, que una carcasa, pero en favor de la carcasa, tampoco es ser lo mismo en cuanto a molestia, un castillo de carcasas de 5 minutos, que media hora de cajas chinas sin parar". "Buscar un equilibrio y elegir los lugares y horarios, y comunicarlos de manera transparente ayudaría muchísimo a lograr un conceso".
La presidenta Verdeña, María Rodríguez, reconoció que el acuerdo de 2018 es muy interesante y como punto de partida serviría para ese debate necesario. Reducir el número de días en los que se quemas fuegos, y concentrarlos en la víspera y el primer domingo de agosto, es algo que tenemos claro asumiremos sin discusión para el próximo año, pero lo referente a los horarios, lugares aptos para la quema, y la carga explosiva, es algo que debe regular el ayuntamiento.
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