jueves, 25 de septiembre de 2025

NOTICIAS

Controversia por el cambio de color en la fachada de un bloque de la Urbanización de La Verdellada

La comunidad de propietarios de cada bloque puede pintar el edificio como considere dentro de su autonomía, dado que se trata de edificios que en su gran mayoría ya son 100% de propiedad privada. Con un acuerdo de la comunidad de propietarios, similar a las mayorías establecidas para las derramas, bastaría para elegir el color de las fachadas.


El pasado 16 de septiembre, comenzaron los trabajos verticales de pintura de la fachada del bloque 23 de la Urbanización La Verdellada, unas tareas de mantenimiento promovidas y financiadas por la propia comunidad de propietarios, tal y como les corresponde. Se trata de unas tareas propias que hubieran pasado desapercibidas si no fuera por la decisión de cambiar el color de la fachada a una combinación de gris y blanco, que ha creado controversia entre los vecinos.

Desde la construcción y entrega de los 32 bloques de la Urbanización La Verdellada entre 1971 y 1973, la imagen histórica de la urbanización y en sí la preferida por la gran mayoría de habitantes de la zona, es la tradicional imagen de los edificios verdes y blancos. Sin embargo, en 2006, la empresa municipal de viviendas del Ayuntamiento de La Laguna (MUVISA), sin consultar directamente a los vecinos, y aprovechando la primera fase del plan de rehabilitación, decidió unilateralmente cambiar esa combinación histórica e identitaria del barrio por un terracota (rojizo) y blanco.

Aquella decisión generó un intenso debate en el barrio, que finalmente fue concluido cuando en la siguiente fase (Muvisa) dio a los vecinos la oportunidad de decidir que color querían darle a sus edificios en la ejecución de los trabajos del Arru, que optaron en la 2ª y 3ª fase del Arru por seguir con el cambio al terracota y blanco, ya que no se permitió una elección individualizada, sino colectiva por cada fase de las obras.

El pésimo acabado de las fachadas de estas últimas fases (2ª y 3ª), provocó un movimiento vecinal de protestas que permitió en la 4ª fase, que cada bloque eligiera su color, volviendo la mayoría de ellos al verde y blanco identitario y tradicional. En esa ocasión se dieron tres opciones, el verde y blanco tradicional, el terracota (rojizo) y blanco, o un gris-verdoso y blanco, tercera opción que pasó desapercibida porque ningún bloque se atrevió a exponerse a un nuevo cambio de color.

Desde entonces quedó claro, y prevaleció por imperativo legal, que los edificios, al ser ya en su inmensa mayoría de propiedad privada, cada comunidad de propietarios puede decidir de manera independiente que color dan a sus fachadas, más aun cuando la financiación de dichos trabajos es 100% de la propia comunidad. Es decir, no hay ninguna normativa ni obligación legal para que un bloque pinte su fachada de unos colores concretos, pese a que en estos días se haya dicho lo contrario, hasta el punto de que la comunidad que había comenzado a pintar su fachada de gris y blanco paralizara las obras. 

Que una comunidad de propietarios tenga la iniciativa de mantener en condiciones y financiar la pintura de su fachada, sea cual sea el color elegido, no merece crítica alguna sino todo lo contrario. Hay que felicitar y mostrar apoyo a los bloques que dentro de su autonomía, sus propietarios hacen el esfuerzo económico de hacer una derrama, y mejorar y mantener la fachada o estructura de sus edificios. 

La ley de propiedad horizontal estable que con un acuerdo de la comunidad de propietarios, similar a las mayorías establecidas para las derramas en sus estatutos, bastaría para elegir el color de las fachadas. Cosa distinta es que de manera colectiva los vecinos del barrio, en su Consejo de Zona de 2014, propiciarán de manera consensuada promover o incentivar como recomendación, respetar o recuperar el verde y blanco, o incluso combinaciones cromáticas del verde y blanco, para defender la imagen identitaria de La Verdellada.

No hay comentarios: