PREGÓN LA VERDELLADA 2018
FIESTAS PATRONALES EN HONOR DE LA PATRONA NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DE LOURDES
(SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA)
Don Juan Manuel Castañeda Contreras
Tenientes de Alcalde.
Autoridades.
Personas responsables de las diferentes entidades de la Federación de Asociaciones de La Verdellada “Unión Verdeña”.
Responsables y colaboradores en la organización de las Fiestas.
Vecinas y vecinos de La Verdellada, visitantes.
Amigas y amigos….muy buenas noches.
Agradecer las palabras de presentación.
“…Tengo que hablar muy seriamente contigo…”…. ”…Yo contigo siempre hablo seriamente…”
Esta fue la conversación mantenida por quien les habla con una persona de muy significada trayectoria en este barrio de La Verdellada, y que fue la encargada de transmitirme la petición, bueno…más que petición el encargo, de las personas responsables de la organización de las fiestas. Es decir sí o sí el realizar el pregón que hoy nos ocupa, en este final del mes de julio, con motivo de las FIESTAS PATRONALES DE LA VERDELLADA EN HONOR DE NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DE LOURDES.
Y claro, ante tal petición, una negativa no parece procedente. Aunque, para ser sincero, la primera intención o reacción es esa, y además preguntar: ”…..¿y por qué yo y a santo de qué?...”;
“…..Pues sí, esa es la propuesta de la organización de las fiestas. Que seas el pregonero de este año 2018, porque creemos que siempre te has comprometido con el barrio y conoces su historia y las actividades que en él se realizan….”.
Pues bien, piensas,…” ¿que siempre me he comprometido con La Verdellada dices…..?”.
Bueno…y entonces rebobinas, y recuerdas cómo siendo un concejal muy joven, entre los años 1993 y 1999 del Ayuntamiento de La Laguna, encontraste que en este barrio, sus vecinos, sus mujeres y hombres, articulaban uno de las movimientos asociativos más importante de este Municipio y, entre otros, se empezó a formar un importante colectivo juvenil, que mira que me daba la lata en la concejalía de Cultura y Patrimonio Histórico, que tuve el honor de dirigir, y como una semana y otra también, me hacían llegar proyectos y actividades donde se solicitaba la colaboración del Ayuntamiento.
No sé en verdad si se atendieron debidamente todas aquellas peticiones, o si mi labor también como concejal de zona tuvo alguna repercusión positiva, pero lo que si les puedo transmitir es que cada vez que recuerdo aquellos momentos (donde sin duda hubo también espacios para la crítica y el desacuerdo), tengo la sensación de haber conseguido al menos tender puentes de diálogo y de colaboración para promover actividades y mejoras en La Verdellada.
Gracias por tanto a la Federación de Asociaciones de La Verdellada “Unión Verdeña”, y las personifico en su Luis Miguel Javier Marrero, presidente de la Asociación de Vecinos “Los Verdeños”, como entidad más antigua del barrio, por esta invitación y esta deferencia hacia mi persona, al entender que podría realizar esta función de pregonero en estas fiestas de La Verdellada. Le ruego así que transmita este agradecimiento al resto de asociaciones.
Mis siguientes palabras, mi pregón, no tiene más que la intención de rememorar o poner en valor algunos de los hitos que conforman la larga historia de este espacio denominado La Verdellada, de algunos de sus símbolos más significativos, y el valor y la dedicación que sus habitantes, los verdeños, han profesado a lo largo del tiempo al lugar donde desarrollan su vida diaria. No se lleven pues a engaño, porque ni será una clase magistral, ni probablemente les descubra nada nuevo. Eso sí, les aseguro que he puesto todo mi empeño para que con estas palabras pasen, al menos, un rato agradable, y darles algunos datos, al menos curiosos, sobre este barrio, orgullo de sus habitantes.
Adentrémonos pues, realizadas estas primeras reflexiones, en un aspecto que siempre ha despertado mi curiosidad, y que considero importante de los nombres de nuestros barrios o municipios. Ello es el tratar de descifrar cuál es, o de donde proviene ese nombre o denominación. Es decir, por qué y cuando aparecen determinados topónimos.
No descubrimos nada (ya se ha dicho en varias ocasiones), que la certeza es casi absoluta de que el topónimo La Verdellada tiene su procedencia de la derivación de verdello, un tipo de uva que en Canarias se encontraba básicamente en Tenerife y La Palma. Y curiosidad: de escasa, por no decir muy escasa presencia actualmente en nuestras plantaciones de viña.
Y aquí estriba otro de los pormenores curiosos del topónimo de La Verdellada, derivada de verdello, y es su ascendencia portuguesa.
Esta ascendencia portuguesa ya la expuso en un trabajo de 1945 el profesor Juan Régulo Pérez, titulado “Gual y Verdello, dos portuguesismos vitícolas en el español de Canarias”, publicado en la Revista de Historia. En este artículo, después de expresar que en unas fiestas del Cristo, del año 1944, y con motivo de una exposición sobre vinos, se suscitó un debate sobre la procedencia de la voz gual, que como saben es otra variedad de uva cosechada en Canarias, y que algunas personas le propusieron estudiar este término, dice Juan Régulo:
“…Al revisar mis cédulas para lo concerniente a la dicción gual, me vino a la mano otro término vitícola que ya tenía yo recogido de tiempo: verdello. Así, tanto por su comunidad de origen como por su analogía de significado, creí oportuno aparejarlos en un mismo artículo. Y allá va lo que sobre éste tengo averiguado….”.
Y continúa el profesor Régulo:
“…los nombres gual y verdello, aplicados a dos variedades de uva blanca en Canarias, son de importación portuguesa ….Verdello, en castellano verdejo o verdal, es una variedad de la Vitis vinífera…Ambas variedades, al parecer, se presentan algo cambiadas con respecto a sus características peninsulares, a causa del medio geográfico. El cultivo de la uva gual es normal; el del verdello tiende a desaparecer, aunque aun se cultiva abundantemente en Igueste de Candelaria…”.
Y he aquí el final de su reflexión que expresa como un apéndice de su artículo citado:
“…En el Nomenclátor de la provincia de Santa Cruz de Tenerife publicado por la Dirección General de Estadística (año 1940), figura la entidad de población La Verdellada, del municipio de La Laguna. Su forma me hizo pensar que fuera un topónimo relacionado con el cultivo del verdello. Después de algunas pesquisas, hallé que La Verdellada está situada entre el Barrio Nuevo y el Valle de Colinos, al sur y a continuación de la ciudad de La Laguna. El Barrio Nuevo consta en el citado Nomenclátor con el nombre de "Cruz de Piedra y Viña Nava". Esto de la Viña Nava me llevó a hacer averiguaciones in situ. El nombre de Viña Nava, haplología de Viña de Nava, le vino al lugar antes de levantarse en él las actuales edificaciones, a las que obedece la nueva denominación, porque era una finca rústica dedicada al cultivo de la vid y propiedad de la noble familia lagunera de apellido Nava. Aun hoy viven en el Barrio Nuevo y en La Verdellada personas que recuerdan haber visto estos dos lugares plantados de viña. Si en algún tiempo la viña de la familia Nava y la que llenaba los terrenos de La Verdellada actual era o no de la casta llamada verdello, no lo he podido averiguar. De todas maneras, entre viña y verdellada parece existir la suficiente analogía para buscar una relación de causalidad…”
Y ahí nos deja Régulo Pérez el tema. Así parece muy claro que La Verdellada, es la derivación del portuguesismo verdello, referido a un tipo de uva que se plantaba en esta zona, muy posiblemente desde el siglo XVI.
Por otra parte, hemos visto como Viña Nava es referencia estricta a estas propiedades que sufrieron particiones y adquisiciones posteriores, para seguir siendo plantadas de viña, hasta que se producen ya los primeros asentamientos urbanos.
Y deben saber ustedes, vecinas y vecinos de La Verdellada, que uno de esos propietarios que tuvo esta zona de viñas, plantadas de uva verdello, fue nada más y nada menos que Amaro Rodríguez Felipe, conocido como Amaro Pargo, el famoso corsario lagunero. En un documento de compra de unas viñas en esta zona en el año 1731, es donde hemos encontrado la primera referencia al topónimo la Verdellada.
Así, Amaro Rodríguez Felipe, en escritura fechada el 9 de agosto de 1731, adquiere una propiedad con una cantidad de dinero remitida desde La Habana sobre la que impone algunas memorias por su alma y las de sus padres. Y esa propiedad, en la que se dice que la ha plantado de viña, se describe como: “…vnos sercados de tierra, viña y árboles en el valle que llaman de Hinojosa, que lindan por delante camino que ba al valle que disen de Tabares y por el pie tierras del lizenciado don Domingo Marques, presbítero, por la cabesada viña de don Joseph de la Santa que llaman la Verdellada y por el otro lado el lomo del valle de Colin…”.
Otra referencia histórica, esta de 1741, es la venta que realiza María de Aguiar, viuda de José Castellano, que vende a Francisco Pérez Saco, vecinos todos de La Laguna: “…almud y medio de viña con parrales y higueras que está donde disen la Berdellada Pan y Buena Gana, que linda por el naciente camino real que va a el valle de Tauares, por el poniente con viña de Juan González, digo por el poniente el barranco que llaman de los Molinos, por arriua viña de Juan González y por abaxo viña de mi hermana Feliciana de Aguilar”.
Estas son en definitiva algunas de las referencias documentales que tenemos del topónimo de La Verdellada. Como ven, un espacio conocido así al menos desde mediados del siglo XVIII, de muy buenas tierras tanto de cereales, como de viña y frutales, y que además se ganaron el apelativo de Pan y Buena Gana.
Es probable que existan citas anteriores, y habría que darle continuidad a la investigación, y hacer un seguimiento hacia detrás de estas propiedades en las que consta el nombre de La Verdellada, para comprobarlo.
Y si importante creemos que es el origen de nuestra toponimia, no debemos dejar de exponer y de mencionar, aquellos otros elementos que asientan nuestra historia, que forman parte en definitiva de nuestra identidad y en la que nos reconocemos como colectivo social.
Nosotros creemos que esa identidad como pueblo, como colectivo, se reconoce y se asienta en el patrimonio histórico y cultural, entre otros aspectos.
En La Verdellada perviven algunos hitos singulares que pertenecen al patrimonio histórico y cultural, dentro de lo material, que merecen ser resaltados, y sobre los que vamos a realizar una somera referencia.
El más antiguos elemento del patrimonio histórico que se conserva en La Verdellada es un grabado rupestre de nuestros ancestros los aborígenes guanches.
Según los especialistas, pocas manifestaciones arqueológicas resultan tan reveladoras del origen norteafricano de los primitivos habitantes de las islas Canarias, y de su parentesco con las poblaciones del continente, como los testimonios de la escritura líbico-bereber y los grabados rupestres de diferente morfología, técnica y contenido que se han venido documentando.
Estas manifestaciones de la cultura guanche, aparecen generalmente sobre piedra basáltica, en los márgenes de los barrancos, cornisas de cuevas o rocas destacadas. En Tenerife, se plantea que lo más llamativo de estos grabados e inscripciones es que se sitúan en una destacada posición topográfica y el dominio visual sobre el entorno.
Y estos elementos se cumplen en el grabado de La Verdellada. Fue dado a conocer en 1999, en un estudio colectivo dirigido por la profesora María del Carmen del Arco Aguilar titulado “Los guanches desde la arqueología”. Se sitúa en un panel de roca basáltica y está ubicado en un margen del barranco, como saben situado a la mitad del Camino Real, en un lugar que vislumbra un amplio espacio de lo que sería la geografía antigua de esta zona.
Resulta un conjunto rupestre singular, y ciertamente el grabado podría contener signos alfabéticos líbico-bereberes, siendo sus motivos centrales tres cruciformes con peana triangular en su base, así como otros elementos difíciles de identificar.
Por su parte, la asociación Cultural Archinife, publicó en el año 2016 el trabajo “Chinech la isla de los letreros. Inscripciones en las piedras de Tenerife”. Este colectivo plantea que este de La Verdellada, es de los pocos grabados que existen en La Laguna que se encuentran en el mismo lugar donde fueron realizados originariamente. Apuntan que este grabado, que según ellos contiene una familia de antropomorfos, viene a ser un talismán o gráfico de protección para los cabreros que entraban en el paraíso de Aguere, y así observan que hay representaciones de deidades y pisciformes, que son símbolos eminentemente propiciatorios de fertilidad, lluvia y abundancia de grano.
¿Y qué significado pudieran tener estos grabados, estos motivos geométricos, o incluso como se afirma que contienen, que significan estas letras como parte de una alfabeto líbico-bereber? Pues no lo sabemos. Sólo podemos apuntar algunas especulaciones o elementos posibles, como que están relacionados con controlar por ejemplo el territorio y los ganados que pastaban en ellos, o que estas estaciones y grabados marcan espacios de explotación o zonas de pastos apropiadas para los diferentes grupos sociales que conformaban la sociedad guanche. O por último, aunque también de manera complementaria, es que estas formaciones naturales para grabar, destacan en el paisaje, y tienes rasgos físicos sugerentes como para ponerlas en relación con el mundo de las creencias, y como soporte para las prácticas mágico-religiosas.
Sea lo que fueren ahí está esa estación rupestre, que merece nuestro cuidado y estudio, y ponerlas en valor, así como adoptar medidas para su conservación. Es parte de la historia, en este caso de la prehistoria de La Verdellada.
Vayámonos ahora al barranco de La Verdellada. Este barranco ha recibido diversos nombres en sus diferentes tramos. En realidad es el barranco de Gonzalianes, que arranca o viene desde Jardina, aunque según esos tramos a los que nos referimos, se les llama también de la Carnicería, o de La Verdellada, para seguir su cauce y adentrarse luego en el municipio de Santa Cruz de Tenerife.
Pero qué nos dice la historia.
Pues, por ejemplo, que en 1654 tenemos un documento por el que Juan Hernández Crespo da a tributo a Juan Pérez Pan y Buena Gana, vecino de La Laguna, “…toda la tierra que tengo i me toca i perteneze en el barranco de los Molinos, que es lo que ai desde la entrada del camino que ba a los balles para abajo, aguas bertientes, hasta un salto que está donde naze el agua del Drago …”.
Así tenemos que nuestro barranco se denomina de Gonzalianes, de la Carnicería, de La Verdellada, de los Molinos, e incluso del Drago.
Y es esta denominación de los Molinos la que tiene que ver con otro de los hitos del patrimonio histórico que se conservan en La Verdellada. Esos hitos son los molinos y el horno de cal que conservan parte de su estructura a lo largo del barranco, y a la que se debe su nombre más antiguo, tal como aparecen en los documentos que hemos citado.
Los molinos de agua. De ahí la denominación del barranco que hemos visto, al menos desde el siglo XVII, y que deben su existencia al importante cauce del barranco en aquella época. Las concesiones de explotación de estos molinos fueron elementos esenciales para la producción de alimentos derivados de los distintos cereales, producción que era importante en la zona y en el valle de Aguere. Uno se sitúa en la zona del barrio del Timple, y el otro, mejor conservado, se encuentra prácticamente a la altura de la vía que cruza hacia La Verdellada.
Vean si era importante esta industria de la molienda, que el antiguo Cabildo ya desde fechas muy tempranas como 1502, llegaba a prohibir que se sacara ni trigo ni cebada de la isla. También en 1503 el diputado del antiguo Cabildo Lope Fernández, se hizo eco de que las panaderas de la villa de Santa Cruz, así se dice, se habían quejado que dar diez onzas de pan les era de grandes pérdidas, porque subían aquí a esta villa, o sea a La Laguna, a moler el trigo. Vete tú a saber así, si el pan que comían en Santa Cruz era de harina molida en los molinos de La Verdellada.
El otro elemento, también de carácter industrial es el horno de cal. En esta zona hay datos que refieren que se desarrolló la primera gran industria que se instaló en La Laguna tras la conquista, la de la elaboración de la cal, materia prima necesaria en la construcción de edificios antaño. Se plantea incluso que es en el barranco de La Verdellada, o de los Molinos, donde se encuentran los restos del que se considera “horno de cal” más antiguo de La Laguna, y quizás de Tenerife.
Sabemos que desde los colectivos vecinales siguen empeñado en realizar una recuperación integral de estos molinos, y se trabaja para su puesta en valor. Es un proyecto muy interesante y que merece un esfuerzo para su conservación definitiva.
Otro elemento del patrimonio que consideramos forma parte de nuestro acervo histórico en este barrio es la conocida como casa del Barco.
Es en este caso, a diferencia de los anteriores ejemplos, una propiedad privada.
Es una edificación de carácter rural, de las tradicionales canarias que contiene un aljibe que serviría para los regadíos de las fincas y huertas, y que aún conserva. Su denominación como casa del Barco viene a cuento de la conversión de la vivienda en una especie de merendero, y la colocación en lo alto del árbol cercano, que aún subsiste, de un barco, tipo velero con dos mástiles, como espacio de mirador, y que aparece en fotografías de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Este barco ha desaparecido, pero la denominación de la casa subsiste. La edificación se encuentra en la actualidad bastante deteriorada.
A este patrimonio arquitectónico se ha sumado otro elemento que denominamos del patrimonio industrial. Se trata del molino de viento que también pervive, utilizado para elevar el agua del aljibe. Fueron estos molinos producidos por la industria norteamericana desde finales del siglo XIX y hasta la Primera Guerra Mundial, y además y bajo licencia se fabricaron por todo el mundo. La introducción de la electricidad los fue desplazando de manera paulatina, y hoy este molino de viento es el único que queda en La Laguna.
Cuando se proyectó en los años 90 el ensanche de la avenida de La Salle, se incluía la demolición de este inmueble, pero el movimiento vecinal, como en otras muchas ocasiones, luchó para preservar el patrimonio de su barrio, y consiguió salvar la edificación.
El último de los elementos que les citamos como parte indisoluble del acervo patrimonial histórico material de La Verdellada es la Cruz de Marca.
En los calendarios litúrgicos se señalan tres festividades dedicadas a la Cruz. El 3 de mayo como la Invención, el 16 de junio la fiesta del Triunfo de la Cruz, y por último está la festividad del 14 de septiembre, que es la fiesta de la Exaltación, y que se celebra en La Laguna con especial devoción desde el siglo XVI en honor al Cristo.
Así la devoción a la Cruz tiene especial trascendencia en Tenerife, y ello se traduce de manera singular en la presencia de la misma en la toponimia, en el paisaje y en el calendario festivo. Las cruces se colocan para señalar lugares donde había ocurrido algún hecho o acontecido una desgracia, y esta costumbre se mantiene en nuestros días. La festividad del 3 de mayo, y el enrame de esos símbolos, es una tradición de gran arraigo.
En La Laguna son singulares, por ejemplo, la Cruz de Piedra, cuyo origen se hunde en el siglo XVI; o las capillas de cruces que se conservan en la geografía del conjunto histórico.
En La Verdellada está la Cruz de Marca, que cumple, como curiosamente ocurre con el grabado rupestre, todas las condiciones que su nombre indica por su ubicación. Está a la llegada o entrada de la ciudad desde el antiguo Camino Real viniendo desde Santa Cruz, o a la salida de la población en sentido contrario. Y la pervivencia de su denominación nos habla de una función delimitadora. Esta es la marca, este es el lugar, por lo tanto aquí se ubica la Cruz.
Su presencia es muy antigua y estaba originalmente colocada de manera aislada, hasta que en 1879 se construyó la capilla que hoy la alberga. Esta capilla, que fue rehecha en los años 50 del siglo XX, ha pasado por diversas vicisitudes hasta su consolidación definitiva. La propia cruz también ha sufrido diversos avatares, unos por ignorancia, otros por actos vandálicos, que hicieron desparecer el antiguo madero. La actual Cruz es de una gran sencillez, a diferencia de la original de tea que se dice estaba incluso tallada. Hoy en día, en La Verdellada, se mantiene la tradición del enrame de la Cruz por el 3 de mayo.
Pero todo este patrimonio histórico y cultural tangible o material no se hubiera conservado, no habría llegado hasta nosotros sin un elemento fundamental, sin un patrimonio inmaterial o intangible de especial importancia: las personas.
Las personas son las verdaderas custodias, transmisoras y valedoras del patrimonio. Las personas que a lo largo de los años han construido este barrio de La Verdellada, son las verdaderas protagonistas de su propia historia. Años y años de lucha y trabajo, años de construir futuro y avanzar en la esperanza de un mañana mejor, de luchar por legar a las personas que vienen detrás un espacio de convivencia y de solidaridad. Ese es el verdadero patrimonio de La Verdellada.
Tal es así que el movimiento vecinal surgió muy tempranamente en La Verdellada.
Desde los primeros asentamientos en esta zona, que hemos visto que ya se denominaba La Verdellada al menos desde el siglo XVIII, hasta el desarrollo de los años 50 y 60, los verdeños han ido construyendo una comunidad cohesionada para velar por sus intereses y por su futuro.
En 1959 nacía la “Sociedad de Vecinos del Barrio de La Verdellada”. Próxima a cumplir sesenta años de existencia, ha conocido todo un proceso de transformación de su barrio, y ha sido uno de los motores para el desarrollo del mismo. Su fundación se sustentaba en la idea de mejoras muy primarias para La Verdellada, ya que sus primeras reivindicaciones ante las autoridades municipales se centraron en conseguir una red de agua potable, una línea que trajera al barrio la electricidad, o conseguir una correcta alineación de las calles para un adecuado desarrollo urbanístico.
En los años 90 del siglo XX, toma el nombre actual de Asociación de Vecinos “Los Verdeños”, e impulsa todo un movimiento de renovación generacional, que ha conseguido mantener viva la lucha vecinal permanente de reivindicación constante de mejoras para La Verdellada.
En 1990, se fundaba AJUVE. La Asociación Juvenil de La Verdellada, un espacio de encuentro de jóvenes que ha venido surtiendo, que ha venido siendo, la cantera imprescindible de la que ha tirado el movimiento vecinal.
En 1998 se creaba la Asociación de Mujeres y Amas de casa Nuestra Señora de Lourdes. Hoy continúa su andadura como “Lourdes”, Asociación de Mujeres de La Verdellada, colectivo fundamental para el desarrollo social y comunitario del barrio, y de reivindicación de un espacio propio y de un protagonismo propio para la mujeres del mismo.
En ese mismo año, se funda también la Asociación de Mayores “La Cruz de Marca” de La Verdellada, entidad singular que promueve una convivencia y unas actividades adaptadas para quienes a lo largo de su vida han dado todo en el trabajo y en la familia.
También el deporte has sido otra actividad cohesionadora. Así tenemos el Club Deportivo La Verdellada, fundado como la “Asociación Deportiva Verdellada” en 1999, con un equipo alevín de fútbol federado, siendo heredero de la historia de anteriores equipos de fútbol. Hoy, el Club Deportivo “Verdellada”, ha culminado una gran temporada, ascendiendo a la categoría de Primera Regional.
Finalmente, y de creación más reciente, en el año 2000 en el despunte del siglo XXI, es la Asociación Musical “Sentir Verdeño”. Era una de las sociedades que le faltaba al barrio para canalizar también las potencialidades de niños, jóvenes, adultos y personas mayores, en torno a la música, en diversas vertientes y modalidades grupales.
Todas estas entidades, también en el año 2000, formaron el colectivo Federación de Asociaciones de La Verdellada “Unión Verdeña”, en una singular estrategia para promover acciones conjuntas y tener una sola voz reivindicativa, adoptando así el lema, que no por repetido, deja de ser cierto, que la unión hace la fuerza. Ello nos habla del espíritu verdeño de cooperación, y de la capacidad de promover un verdadero espíritu vecinal para seguir alcanzando mejoras para su entorno.
Vean ustedes así como las personas han sido el elemento fundamental y el motor principal del desarrollo de lo que hoy es La Verdellada.
Y estas fiestas que hoy se celebran forman parte de ese espíritu. Estas fiestas en Honor a Nuestra Señora la Virgen de Lourdes, que alcanzan ya su cincuenta y una edición.
Cincuenta y un años, desde aquel ya lejano 1967 que Nuestra Señora de Lourdes, no olvidemos, motivo principal de las fiestas, se trasladó hasta este barrio para convertirse también en una más de sus habitantes. Esa Virgen de Lourdes cuya advocación es fruto, como es conocido, de las dieciocho apariciones que la niña Bernadette afirmó haber presenciado en la gruta de Massbielle, cerca del lugar de Lourdes en Francia. A Nuestra Señora de Lourdes, se le invoca como protectora de los enfermos, y siguiendo la descripción que la niña hacía de las apariciones se le representa joven, vestida de blanco y con una cinta azul en la cintura, con las manos juntas orando, con una rosa dorada en cada pie y con velo blanco.
Unas fiestas que cuentan con un extenso y variado programa de actos y que hoy les hemos pregonado. Excursiones, actividades deportivas, gran gala de las fiestas, homenaje y exaltación a la mujer verdeña, conciertos, bajada del diablo, verbenas, desfile del haragán, y los tradicionales actos religiosos, expresan el sentir y el trabajo de las personas que habitan en este barrio. Mi más sincera enhorabuena por ello.
Todo esto conforma la idiosincrasia, la identidad del barrio de La Verdellada, y todo ello forma parte sin duda de lo que debemos conservar, difundir, y transmitir a las futuras generaciones, para que sigan sintiéndose orgullosas de este lugar que comparten con San Cristóbal de La Laguna, con Tenerife y con Canarias.
Tengan así ustedes por pregonadas las fiestas en Honor a Nuestra Señora la Virgen de Lourdes, y sepan que las he pregonado con cariño y responsabilidad, pero también con cierto temor, por si no he cumplido las expectativas, y lo que ustedes de mí esperaban, por lo que también les adelanto mis disculpas.
Que tengan unas muy felices fiestas
Viva Nuestra Señora la Virgen de Lourdes
Viva La Verdellada
Muchas gracias
Juan Manuel Castañeda Contreras
Leido en el Teatro de la Escuela Oficial de Idiomas, en viernes 27 de julio de 2018, a las 20,30 horas, para abrir el programa de actos de las Fiestas Patronales de La Verdellada en honor de Nuestras Señora la Virgen de Lourdes 2018.
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